• M.C.S Elsa Martínez Flores
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El ser humano comete errores desde que habita en el mundo pero, sus reacciones son diferentes cuando se dan cuenta de ello, muchos fallecen sin aceptar que se equivocaron en algunas situaciones de su vida, otros, casi de inmediato a mediano o largo plazo aceptan que no actuaron de la mejor forma, sólo que en ese momento las circunstancias obligaron a actuar de una determinada manera.

La disculpa en nuestra cotidianeidad abarca desde un “lo siento”, “no era mi intención”, “perdón”, “¿Qué puedo hacer para arreglarlo? entre otras. Pero también va hacia otros ámbitos como Derechos Humanos o en la rama jurídica, me refiero a la disculpa pública y la reparación del daño respectivamente. 

Aceptar una disculpa enaltece, sensibiliza y reconoce que todos podemos equivocarnos en el camino, quien muestra arrepentimiento y que se equivocó se lleva una gran lección, trata de no realizar los mismos errores para continuar su periplo. 

Las palabras del presidente de México Andrés Manuel López Obrador fueron tomadas como polémicas al solicitar a España que se disculpara por lo acontecido en el periodo de la Conquista hacia los pueblos indígenas y que a la fecha este país no ha respondido a esta petición, sin embargo, la Iglesia Católica se ha disculpado por algunos hechos pasados en la historia, o bien, Francia con Emmanuel Macron quien reconoció las atrocidades cometidas por el ejército del país durante la guerra de Argelia y sin más ofreció sus disculpas.  

Errar es una característica de todas las personas, FAntasearíamos si creyésemos que nunca nos equivocaremos o que JAmás vamos a perdonar o a disculpar, FElizmente, el mundo es una escuela, donde se aprende de los errores, LIbera ofrecer un “discúlpame”. 

Con el tiempo, todos nos convertimos en gente con experiencia, pero también cada día somos más sencillos, y descubrimos que la vida si bien no da segundas oportunidades, sí podemos despertar y comenzar de nuevo, bajo otras circunstancias. 

Lo más importante como seres humanos es que esta palabra sea pronunciada o escrita con sinceridad y con toda la intención de reparar un error o tal vez una actitud que no todos vieron en su momento con buenos, ojos dejando atrás la diplomacia y que no acepten decir “me equivoqué”.