El Reporte Anual de Vivienda 2023 (INFONAVIT) revela una situación preocupante para la mayoría de los mexicanos. Según el informe, una persona con ingresos medios necesitaría casi 30 años para saldar una vivienda de precio medio, destinando el 30 % de sus ingresos mensuales. Si consideramos que la gente comienza a trabajar a los 20 años, eso significa que en promedio se puede ser dueño de una casa a los 50 años.
Es importante señalar que este informe se limita a las zonas metropolitanas, abordando solo 26.4 millones de viviendas particulares, pero se infiere que los resultados son similares en todo el país.
El derecho a la vivienda está contemplado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4 cuando prescribe que “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”. Esta disposición constitucional se regula precisamente en una Ley de Vivienda y en su artículo 2 se define el alcance de una vivienda digna y decorosa: “Se considerará vivienda digna y decorosa la que cumpla con las disposiciones jurídicas aplicables en materia de asentamientos humanos y construcción, salubridad, cuente con espacios habitables y auxiliares, así como con los servicios básicos y brinde a sus ocupantes seguridad jurídica en cuanto a su propiedad o legítima posesión, y contemple criterios para la prevención de desastres y la protección física de sus ocupantes ante los elementos naturales potencialmente agresivos”.
Lo anterior, ha sido materializado el reporte anual con los siguientes criterios: una vivienda es digna y decorosa si da acceso a agua potable; acceso a saneamiento (drenaje); espacio adecuado; (es decir no debe haber más de dos personas por cuarto); calidad estructural (piso fijo). acceso a electricidad; cocina segura; y seguridad de tenencia.
Sin embargo, el informe pasa por alto aspectos cruciales. Por ejemplo, la situación de las mujeres en cuanto a la propiedad de viviendas y la percepción de intimidad no es abordada. La investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán, María Elena Torres Pérez en su investigación “Vivienda y habitabilidad: hallazgos de género para los conjuntos habitacionales”, subraya una serie de circunstancias que repercuten en el concepto de una vivienda digna y decorosa cuando se trata del caso de las mujeres. Aquí algunas de sus reflexiones. Explica que “Es de llamar la atención que de las personas que tienen la casa en propiedad, 78% son hombres y 22% mujeres”; agrega que “las mujeres que son jefas de familia o están solas como solteras, habitan una casa en alquiler y una minoría de apenas el 15% la tienen en propiedad por estar incorporadas a la fuerza laboral oficial y cuentan con opción de crédito para adquisición de casa. El 6% habitan en préstamo de algún pariente, mayoritariamente hombre, como el padre o un hermano, quien posee la propiedad”, además de manera importante subraya que el tema de la intimidad en la vivienda no es igual percibido por los hombres y por mujeres, y son estás últimas quienes se encuentran más expuestas.
También se omite la consideración de niveles de bienestar y ambiente confortable. En el estudio de Paula María Guevara-Fierro y otras personas, en el documento “Habitabilidad y salud en espacios interiores de viviendas de interés social, mediante la percepción de sus habitantes” se explica que estos niveles de bienestar y ambiente confortable se refieren a factores térmicos, percepción de ruido, luz, acústica, climática y social.
Aunque el informe tiene sus méritos, hay áreas en las que podría mejorar en futuras ediciones. El problema del acceso a la vivienda en México es antiguo y urgente, como está reflejado en la película "Un mundo maravilloso" de Luis Estrada. El personaje principal busca refugio para pasar la noche, pero su situación se malinterpreta, generando una cadena de eventos que destaca la lucha por el derecho a la vivienda.
En resumen, el derecho a la vivienda en México es una tarea pendiente que no puede esperar más.