En Tlaxcala, la comunicación gubernamental parece más un ensayo de tragicomedia que una estrategia seria para informar a la ciudadanía. Octavio "Navajas", coordinador de comunicación del gobierno estatal, se ha distinguido no por su eficiencia, sino por una serie de desatinos que rayan en lo absurdo. Desde boletines plagados de faltas de ortografía hasta lonas que promocionan el "blanqueo de capitales" (sí, así, entre comillas y sin pudor), el área que dirige es un reflejo de la improvisación y la opacidad que caracterizan a esta administración.
Pero el colmo llegó con las recientes declaraciones donde, presuntamente, se amenaza a reporteros. Si algo debe garantizar un coordinador de comunicación es el flujo transparente de información y el respeto a la prensa, no la intimidación. Sin embargo, en lugar de asumir responsabilidades, "Navajas" parece más ocupado en desmentir rumores sobre su inminente salida que en corregir los errores que, día tras día, hacen quedar mal al gobierno al que sirve.
¿Hasta cuándo? Los tlaxcaltecas merecen una comunicación clara, profesional y libre de hostigamientos. No es mucho pedir: solo un trabajo serio, sin "blanqueos" de ortografía ni de otro tipo.