• Rodolfo Moreno Cruz
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Imagina un futuro en el que cada persona tenga un policía personal, pero no uno de carne y hueso, sino un robot, siempre vigilante y listo para intervenir. En el presente, parece ciencia ficción, pero cada vez es más cercano. Recientemente, un policía robot llamado Coronel Nakhonpathom Plod Phai ha hecho olas en las noticias, no solo por ser el primer policía robot (aunque otros países ya están en el juego), sino por sus sorprendentes habilidades.

Este robot, que parece sacado de Robocop, tiene la capacidad de acceder a cámaras de seguridad cercanas, operar drones para vigilancia aérea, usar una cámara de visión 360 grados para monitoreo constante, realizar reconocimiento facial, detectar armas, y analizar comportamientos sospechosos para emitir alertas automáticas.

Pero no es el único. En China, desde el año pasado ya se había dado a conocer el caso del RT-G, un robot policial, fue diseñado para escenarios de confrontación. En Estados Unidos, Knightscope comenzó a desplegar robots de seguridad en 2016. A nivel global, empresas como Fdata Robot ya están ofreciendo sus versiones de robots policiales. Los avances en este campo están cambiando la forma en que pensamos en la seguridad y el control, acercándonos a un mundo en el que nuestros propios "guardianes" no son humanos.

Lo que parece ciencia ficción se está convirtiendo en una realidad gracias a una ley casi universal de la tecnología: todo lo que se inventa, con el tiempo, se vuelve más barato y más fácil de usar. Como explica Mustafa Slyman en su libro La Ola que Viene: “Casi todas las tecnologías fundacionales, desde las piquetas hasta los aviones, cumplen una única ley inmutable: se vuelven más accesibles y se expanden a lo largo y ancho del planeta”.

Así que, en un futuro no muy lejano, tener un policía personal (un robot, claro) podría ser una opción real. ¿Será esto bueno o malo? Eso aún está por verse. Los beneficios de una vigilancia constante y la posibilidad de intervenir en situaciones peligrosas pueden ser invaluables, pero también surgen preguntas sobre privacidad y control. ¿Estamos listos para un mundo en el que nuestras propias sombras estén siempre bajo vigilancia? Tal vez lo único seguro sea que, como con toda tecnología, solo el tiempo dirá si es un avance o un paso demasiado grande.

En resumen, del robot de policía que ya patrulla las calles a la posibilidad de tener uno en tu hogar, el futuro de la seguridad está tomando forma, y su presencia podría ser tan común como tener un teléfono móvil en la mano. ¡La pregunta ahora es: qué tan lejos estamos de tener nuestra propia versión de Robocop en casa