• Valentín Lima
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Las lluvias que azotaron esta semana a la zona conurbada de la capital de Tlaxcala y principalmente las colonias del centro de nuestro estado, no solo evidenciaron las carencias que aún tiene el estado para atender estas crisis, sino que dejaron ver la calidad moral, administrativa y humana de los funcionarios y legisladores que tenemos.

La crisis provocada por la tromba que inundó literalmente Tlaxcala fue una prueba más que pinta de cuerpo entero la calidad y calidez de nuestros funcionarios y sobre todo, pone en la mira lo que realmente son quienes aspiran a gobernar la entidad.

Ya había sucedido con la crisis de los incendios en Atltzayanca en donde las autoridades reaccionaron tarde, pero los que aspiran a gobernar nuestro estado como Ana Lilia Rivera no apareció ni para dar una botella de agua.

Ahora con la tromba que azotó la zona conurbada de la capital, quedó nuevamente exhibida la senadora quien ni un post en Facebook lanzó para solidarizarse con los vecinos de la capital, mucho menos un tuitazo en apoyo de la población. Ni una historia en instagram que advirtiera lo que sucedía para llamar la atención del gobierno federal.

Ella permaneció en lo suyo, blofear en el Senado, hablar del alimentación digna desde una silla de piel con aire acondicionado al interior del Palacio de Xicoténcatl. En la semana habló de comer sano y bien – como seguramente ella lo hace – y de la importancia del ‘metepantle’.

Mientras la Senadora hablaba de eso, los tlaxcaltecas comerciantes del centro histórico vieron cómo su patrimonio se lo llevaban las aguas que colapsaron toda la capital y barrios, esos barrios que dice la senadora defender a capa y espada.

Miles de familias más vieron ingresar a sus casas las aguas que colapsaron los sistemas de drenaje dañando su patrimonio de toda una vida, ¿qué hacía la Senadora? Hablar del metepantle y de sus asambleas informativas en comunidades donde no les llegan las noticias de lo que preocupa a la entidad. Lejos de los problemas pues.
 
Sin duda una crisis de lluvias así no tiene precedentes, muchos podrán culpar al gobierno, pero este tipo de lluvias también las vemos ahora en Japón, en Nueva York y hasta en Texas, colapsando vidas enteras.

Sí, el gobierno es responsable de darle mantenimiento a los drejanes, hacer obras pluviales y alertar a la población ante las lluvias y granizadas que pueden colapsar drenajes, eso no está a discusión. Lo que se señala es la falta de empatía ante este tipo de desastres.

El pueblo bueno también tiene responsabilidad en esto, pues la basura no se tira sola, pero eso es otra historia.

Así es como ‘la puntera’ en las encuestas dice amar a Tlaxcala, lejos de las crisis, lejos de la gente, pero presumiento que ella es la indicada para liderar al estado.

Las lluvias, los incendios y las crisis han evidenciado que no tiene la capacidad para poder gobernarnos, no porque sea su responsabilidad resolver esas crisis, sino por su falta de empatía con los que aspira a gobernar.

¿O la vieron asistir a la comisión permanente para pedir recursos al gobierno de su partido para ayudar a Tlaxcala?

Ustedes saben la respuesta.