En La Magdalena Tlaltelulco ya no caben más excusas. La inseguridad ha dejado de ser una amenaza lejana para convertirse en una realidad cotidiana: robos a casa habitación, asaltos en el transporte público, consumo y venta de drogas a plena luz del día. Las y los vecinos lo viven, lo padecen y lo denuncian, pero el gobierno municipal actual permanece indiferente, atrapado en su propia ineficacia y en la búsqueda de sus ganancias personales.
Desde Acción Nacional creemos que la primera línea de la democracia es el municipio.
No es una idea romántica: es una convicción basada en principios. Por eso defendemos el municipalismo como modelo de desarrollo y solución a los grandes problemas que enfrentan comunidades como La Magdalena. Porque ahí donde otros ven excusas, nosotros vemos posibilidades.
La Magdalena Tlaltelulco se ha rezagado en servicios básicos, infraestructura y seguridad. No es un juicio político: es una realidad que golpea todos los días a nuestras familias.
El alumbrado público deficiente es cómplice de la delincuencia. Las calles sin pavimentar representan no solo abandono, sino también un riesgo a la salud. Y la falta de una estrategia clara para el desarrollo económico mantiene a nuestras y nuestros jóvenes atrapados entre el desempleo y la migración.
Ante este abandono, Acción Nacional propone otra ruta: la del bien común, la dignidad humana y la solidaridad. No se trata de discursos, se trata de acciones.
Es momento ya de combatir la inseguridad desde lo local, con policías capacitados, dignificados y coordinados con los tres niveles de gobierno; de impulsar el desarrollo urbano con planeación, inversión pública y participación ciudadana.
Es tiempo de recuperar los espacios públicos y convertirlos en zonas seguras, de encuentro, deporte y cultura; apostar por las mujeres y los jóvenes como fuerza transformadora de la comunidad y gobernar con austeridad, pero también con eficiencia, porque un buen gobierno no necesita gastar más, necesita gastar bien.
La doctrina humanista del PAN no se queda en el escritorio. Se traduce en gobiernos que escuchan, que rinden cuentas y que construyen comunidad. Porque el poder municipal no debe usarse para ensanchar los privilegios de unos pocos, sino para multiplicar las oportunidades de todas y todos.
Hoy, La Magdalena Tlaltelulco necesita volver a confiar en la política. Y eso solo se logra con un gobierno cercano, honesto y con visión. Porque cuando el municipio se convierte en trinchera de servicio, los ciudadanos dejan de sentirse olvidados y vuelven a tener esperanza.
Este municipio y Tlaxcala merece más. Y lo vamos a construir juntas y juntos.