La encuestitis ya inició y como siempre hay que tomar todo con reservas en la inminente carrera por la sucesión gubernamental 2027.
Los suspirantes han mandado un bombardeo de encuestas para posicionarse con miras al 2027, sin embargo, como medios de comunicación debemos tomar todo con medidas y reservas.
La historia nos ha dicho que la encuesta que presumen todos los participantes de las contiendas electorales, poco o nada sirven a la hora del dedazo.
Casos como el de Ignacio Mier en Puebla, Omar García Harfuch en la Ciudad de México o Carlos Lomelí en Jalisco, son claros ejemplos de que no siempre los que lideran las encuestas son los favorecidos por el dedazo presidencial, pues suspirantes aún con más puntos de ventaja han sido bajados porque así conviene a los intereses de las cúpulas nacionales y de los estados.
En el caso de Puebla, el ex poderoso coordinador de la bancada morenista y ahora Senador Ignacio Mier se cansó de bombardear con encuestas, tapizar el estado entero de propaganda liderando presuntamente la carrera por la sucesión del 2024. La encuesta prácticamente estuvo empatada con el actual mandatario, solo que hubo una fundamental razón para inclinar la balanza: la división que provocaba. ‘Nacho’, no era bien visto por los grupos de poder en morena y no me refiero a las bases, esas, son sólo hierbas que acatan lo que les indiquen, pues para eso reciben sus becas del bienestar, me refiero a los grupos políticos de la 4T. Mier Velazco no sólo provocaba división, también provocaba dudas sobre sus acuerdos, pactando con impresentables de otras fuerzas políticas. La historia ya la conocemos.
Omar García Harfuch prácticamente no tenía rival en la CDMX. Todas las encuestas lo colocaban prácticamente como jefe de gobierno de la capital y en consecuencia, un eventual candidato a la presidencia en 2030. ¿Qué sucedió? Los intereses de la cúpula de morena no le podían dar la candidatura pues dinamitaba los planes de la familia presidencial que por cierto, hoy se tambalean.
Carlos Lomelí en Jalisco es otro claro ejemplo de que ni las encuestas que mejor los posicionan son la razón para ser nominados, pues pese a liderar las encuestas impusieron desde el CEN Morenista a Claudia Delgadillo, a una ex priista, pese a su historial de despotricar contra la 4T. ¿Por qué la nominaron a ella? Porque a los intereses de la cúpula así convenía. Lomelí se quedó con una Senaduría y Claudia Delgadillo enfrentó a Pablo Lemus para pasar al basurero de la historia.
Estas tres historias nos dan cuenta de que nada está escrito en Morena. Quien lidera una encuesta, no necesariamente encabeza la candidatura, ni quien está en el fondo está descartado, las candidaturas por género, por preferencias o por división, son los factores que entrarán en juego el próximo año y hay un factor aún más importante, que es lo que diga el dedo presidencial que por cierto, hay que decirlo, la mandataria federal también tiene a su ficha para jugar y me refiero a la Secretaria de Turismo Josefina Rodríguez, que aunque muchos la descartan, sólo basta la palabra presidencial para alinear a las cúpulas.
Como lo dije, nadie está descartado ni los que lideran serán necesariamente los beneficiados.
Prepárense que esto apenas comienza.

