Este lunes y martes, una encuesta de dudosa procedencia recorrió los whatsapp del círculo rojo donde los números de los estudios demoscópicos colocan a una figura morenista como inalcanzable.
Según la encuesta de una marca desconocida, Ana Lilia Rivera es prácticamente ya la gobernadora del próximo sexenio.
La encuesta encaja perfectamente en lo que aquí hemos narrado: la falta de liderazgo político de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.
En cualquier parte del país, los morenistas de todos los estados se disputan a sangre fría la nominación electoral de su partido, sin embargo, el liderazgo de los mandatarios en turno sigue vigente hasta el último día y este tipo de ‘filtraciones’ no se le permiten a nadie.
El jefe político estatal sigue pesando de principio a fin, sin embargo, Tlaxcala y el sexenio lorenista al parecer será un parteaguas en esta regla no escrita, pues la falta de un manotazo político de Cuéllar Cisneros, colocaría orden en la carrera por el 2027 y casos como los destapes anticipados a cuenta personal como el de Homero Meneses, la grilla que tira Ana Lilia Rivera contra la administración de Lorena Cuéllar o declaraciones como la de Ray Vázquez Conchas no se darían a la ligera.
¿Quién en su sano juicio a más de 2 años de que se acabe el sexenio se cree encabezar encuestas?
Cualquier político de medio pelo, sabe que el tlaxcalteca vive al día, le preocupa su economía, su seguridad, sus calles, la luz, los gastos y hasta el regreso a clases, saber qué va a comer mañana o cómo saca los gastos de la familia o de los negocios que emprenden y que se ven amenazados por el crimen que azota no sólo a Tlaxcala, sino a todo el país.
¿Usted cree que cuando le preguntan a quién ve cómo próxima candidata se va a acordar de los nombres de Ana Lilia Rivera u Homero no se qué?
Evidentemente no, pero esto es resultado de la falta de oficio político de la gobernadora que permite que cada quién haga lo que quiera.
El que políticos corran como se les antoja, genera división, discordia, grilla, traiciones y demás males de la política que si no se frenan, ponen en riesgo la estabilidad política del estado e incluso el legado de la mandataria.
Quien diga que por una encuesta ya tienen asegurada una candidatura, sabe que miente, pero eso vende en la opinión pública, mientras, la gobernadora observa cómo en la granja todos se pelean y se traicionan.
Así, no se ‘pinches’ puede.

