Por mucho que ha incrementado su propaganda oficial y su presencia en los medios, al alcalde de Tlaxcala, Alfonso Sánchez García, no le están saliendo las cosas. Tiene aspiraciones para disputar la gubernatura en las elecciones de 2027, pero el respaldo ciudadano no le alcanza, incluso, para volver a buscar la presidencia municipal capitalina.
Es sabido que la reelección consecutiva está prohibida en la Constitución Política federal, pero que tal prohibición entrara en vigor hasta los comicios que se desarrollarán en el año 2030. Así que en estricta rigurosidad, podría volver a buscar la alcaldía, sin embargo, está impedido de hacerlo por la reforma estatutaria aprobada en su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al que está afiliado.
Los institutos políticos aliados a Morena en el Poder Legislativo, los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), se opusieron a que la reforma constitucional que prohíbe la reelección entrara en funciones en las elecciones de 2027, así que Sánchez García podría buscar nuevamente la alcaldía capitalina ese año si ve frustrada, como todo hace suponer, su aspiración a ser el próximo inquilino de Palacio de Gobierno.
Pero hasta en eso el presidente municipal no tiene las cosas a su favor. A una mayoría de habitantes del municipio no le agrada cómo gobierna. Así lo demuestra la última encuesta realizada por la empresa Rubrum: apenas un 28.3% sí votaría por la reelección, mientras que un 60.9% no lo haría.
Por más que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros lo arrope y lo placee en eventos públicos, los positivos de Alfonso Sánchez García no crecen en momentos que más necesitan crecer. Pareciera, más bien, que los negativos que ya arrastra la mandataria estatal le afectan también a él. Y esas son malas noticias para él y los suyos.
El grito
La Senadora de la República, Ana Lilia Rivera Rivera, ha pretendido ser exhibida por hacer una invitación para quedarse en casa a festejar las fiestas patrias. De manera conveniente, las voces críticas, sin embargo, no tomaron en cuenta lo siguiente: que el aumento de inseguridad y los conflictos internos en diversas entidades de la república, obligaron a suspender el Grito de Independencia en diversos municipios de Sinaloa, Oaxaca, Michoacán, Estado de México y Veracruz.
En Sinaloa, incluso, el gobernador Rubén Rocha Moya informó que la tradicional verbena del 15 de septiembre no se realizaría, y que la celebración de nuestra independencia se limitaría únicamente al acto cívico protocolario.
En el municipio de Xalatlaco, Estado de México, las celebraciones fueron canceladas luego de una balacera que dejó al menos cuatro personas fallecidas. En Zinapécuaro, Michoacán, se suspendieron el Grito de Independencia, el desfile cívico-militar y la verbena popular. En Oaxaca, los municipios como Santiago Amoltepec y Asunción Ocotlán cancelaron los actos patrios, decisión atribuida a conflictos internos en las comunidades y a la presencia del crimen organizado en la región. Y en Veracruz las autoridades municipales de Coxquihui y Cerro Azul determinaron no realizar los festejos de independencia debido a la falta de condiciones de seguridad para llevar a cabo eventos masivos.
Así que juzgue usted, amable lector. Lo cierto es las decisiones de suspender o reducir las celebraciones reflejan la persistencia de riesgos en distintas regiones del país, donde los antecedentes recientes de violencia, bloqueos y amenazas de grupos delictivos obligaron a las autoridades a replantear la forma de conmemorar la independencia.