El análisis político que ya circula en radio pasillo de medios de comunicación, dependencias de gobierno y es que la Senadora Ana Lilia Rivera ya no da para más.
Montada en una eterna campaña para repetir las mismas patrañas y mentiras lanzadas desde Palacio Nacional ya no son suficientes para convertirse en canto de sirenas que atraiga a los tlaxcaltecas de todas las clases sociales y de las élites de poder local.
Funcionarios, directores de medios, reporteros y empresarios, saben que sólo hay dos sopas: Si es hombre, el gallo será Alfonso Sánchez García pero si es mujer, la candidata que garantiza estabilidad política será la poderosa Secretaria de Turismo Federal Josefina Rodríguez Zamora.
Ana Lilia no garantiza certeza de nada, mas que del radicalismo que conocemos en otros perfiles como Rocío Nahle, Layda Sansores, Alejandro Armenta, Alfredo Ramírez Bedolla o Rubén Rocha Moya.
La única fortaleza de estos gobernadores fue hablar mal del de enfrente para alcanzar el poder.
Ya en el poder, vemos cómo inversiones se caen, amenazan con expropiar propiedades ajenas, o persiguen a medios y directores hasta el punto de prohibir que se critique a los gobernantes e incluso perder tu casa como sucedió en Campeche con el ex colaborador del medio tribuna quien fue denunciado por la primer morenista del estado por ‘criticarla’.
El caso de Ana Lilia llama la atención sólo por el hecho de que no le queda nada mas que montarse en cantaletas que probadamente son un fracaso.
Un día nos presume en sus giras que las reformas de la 4T traen bienestar y seguridad a los tlaxcaltecas cuando en los hechos, la percepción de inseguridad está estancada en lo negtivo. No hablemos de los cadáveres, cabezas y hallazgos macabros que ya son notas comundes.
Las becas del bienestar no son otra cosa que clientelas electorales que sólo sirven para el partido, no para ella, así que poco a poco esa base social comenzará a decantarse por quien indiquen en Palacio Nacional y garanticen efectividad de votos con estructuras, cosa que no tiene la nacida en Calpulalpan.
Las mediciones que siempre presumen quienes quieren quedar bien con Dios y con el diablo no son otra cosa que propaganda, pues la verdadera encuesta no sólo toma conocimiento, sino otros factores incluso garanticen unidad al interior del movimiento, cosa que Ana Lilia tampoco garantiza.
Así la gris y eterna candidata nos presume que llega puntual a las sesiones del Senado mientras campesinos toman carreteras para que alguna autoridad los voltee a ver y lleve el mensaje a Palacio Nacional de la urgencia de precios de garantía al campo tlaxcalteca.
Los satélites de morena como el Partido Verde y el Partido del Trabajo también juegan en el tablero y esperan la indicación nacional para ver lo que les conviene.
Es así como la Senadora piensa que ‘teje’ fino con fichajes como Blanca Águila quien no respeta ni a su propia ideología, pues ya lleva más camisetas de partidos polítcos que vuelos en el AIFA.
De esta manera entramos a las fases definitorias del proceso 2027.
Con poco ruido y muy, muy pocas nueces… de la Senadora.

