• Gaby Flores
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Alfonso Sánchez García encendió el jueves más que el árbol navideño, encendió su precampaña emocional y casi oficial, porque de discreto ya no tiene nada.

“El que respira, aspira”, dijo el edil. Y vaya que aspira, porque a estas alturas Alfonso ya no solo respira, inhaló, exhaló y hasta pidió tanque de oxígeno para aguantar el sprint rumbo a la gubernatura de Tlaxcala.

Cuando le preguntaron si quería competir en 2027, respondió como quien se quita la máscara de un jalón y dice ‘pues claro que sí, ¿qué no era obvio?’

Alfonso decidió arriesgar todo el asador, la carne, la parrilla y hasta el carbón, pues se ha dejado ver acompañado por diputados, celebrando alineaciones estratégicas con el lorenismo y reuniendo alcaldes del estado para sumarlos con éxito a su proyecto.

Algunos ya integrados sin hacer gestos, otros todavía están en la fase de “déjame lo consulto con la almohada”, pero ahí van todos, en filita como peregrinación de diciembre.

Eso sí, su camino no es precisamente una alfombra roja, hay obstáculos y piezas políticas que no terminan de acomodarse, pero el alcalde no se raja, sigue empujando.

A ver cómo le va, porque esto apenas empieza. Y aunque el 2027 se ve lejos, Sánchez García ya trae los pulmones listos.