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La última encuesta publicada por la empresa Consulta Mitofsky y que es una de las casas encuestadoras más reconocidas en el país, ubican a la candidata a la gubernatura de Tlaxcala de la coalición “Juntos Haremos Historia en Tlaxcala”, Lorena Cuéllar Cisneros con más de 130 mil votos sobre la abanderada de la alianza, “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos Zempoalteca a días de que se realice el día de las elecciones.
Los datos duros de Mitofsky revelan que Lorena Cuéllar tiene el 46.8 por ciento de la intención del voto, mientras que Anabell Ávalos logra el 26.2 por ciento, lo que equivale a una diferencia del 20.6 por ciento, sin considerar que 13.7 por ciento decidió no declarar por quien iría a votar, tal vez por temor a perder su trabajo en la nómina gubernamental.
Considerando que en Tlaxcala hay 973 mil 393 electores según datos del Instituto Nacional Electoral (INE) y que, en promedio en una elección a gobernador, van al emitir su sufragio el 65 por ciento, cada punto porcentual representa 6 mil 326 votos, por lo que una diferencia de 5 puntos porcentuales es más de 30 mil votos y una del 10 por ciento de más de 63 mil.
En este caso, el ejercicio demoscópico muestra que la ventaja de Lorena Cuéllar sobre Anabell Ávalos es del 20.6 por ciento, lo que equivaldría a alrededor de 130 mil 333 sufragios, sin tomar en cuenta aquellos que no contestaron, cifra que se divide en porcentajes iguales para determinar la denominada votación efectiva, por lo que la diferencia se ahondaría en favor de la morenista.
Esto quiere decir, que para que ambas abanderadas llegaran en un empate a la elección, Lorena Cuéllar tendría que perder en estos 6 días a 10 mil 686 seguidores y que estos se sumarán con Anabell Ávalos, hecho por el que la perdida de simpatizantes sería de 452 por hora para la morenista y que se decidieran esos mismos por la priísta.
Anabell Ávalos al menos tendría que robarle a Lorena Cuéllar 452 simpatizantes por hora o tener reuniones masivas diariamente de 10 mil personas que decidieran abandonar a Lorena Cuéllar, hecho que parece imposible.