El pasado domingo, Tlaxcala vivió una jornada histórica, con una alta participación ciudadana ejerciendo su voto por la o el candidato que mejor le conviniera, y, como lo escribí en mi columna anterior, en esta ocasión, no a todos favorecería el voto, tal vez porque no era su momento, tan sencillo como eso, hay que saber ser paciente y aprender de los fracasos y errores que se cometieron durante el proceso electoral si quieren tener mejor suerte en la próxima.
La voluntad de la gente decidió y Tlaxcala tomará un nuevo rumbo, sin embargo, es importante la última reflexión para cerrar el capítulo de las campañas, esto no se termina hasta que se termina, el país vive de la política, no podemos estar ajenos a ella, en tres años, tendremos otra elección, donde se renovará la Presidencia de la República, la Cámara de Diputados y el Senado de la República.
Quienes se dedicaron a apoyar al aspirante, debieron de tener la piel dura para “aguantar” desde los embates mediáticos hasta el “fuego amigo”, y en estas elecciones vimos a varios de sus colaboradores con la sensibilidad a flor de piel, la presión que se vivió diariamente debieron asumirla con una sonrisa y diplomacia, aunque la procesión la llevaran por dentro, ellos representaban de alguna forma al abanderado. Las malas caras no deben de existir en las jornadas extenuantes de visitar casa por casa, atención a medios o a las personas, porque todo puede ser malinterpretado, una sonrisa gana más.
Hay que aprender a soltar, no aferrarse, las elecciones ya arrojaron un resultado, negarse a ello da una lectura negativa a quienes, en su momento, creyeron en ese o esa candidata. El domingo vimos una alta participación de personas que votaron a pesar de que existió cierta lentitud en la apertura de casillas, pero todo se realizó de manera natural, con incidentes que no repercutieron o que enturbiaran esta dinámica.
Y finalmente, siempre hay que tener el 100% de certeza que les favorece el triunfo, salir y exponerse sin tener los datos certeros tampoco da una buena imagen, los asesores deben de tomar las cosas con calma y no exponer a su candidato, porque lejos de favorecerlo, sólo lo ridiculizan por redes, cuando se supone que se vive un momento muy serio e importante para ellos y para la gente que creyó en el proyecto.
Saber perder, es crecer, se cierra un capítulo más de la historia del voto en Tlaxcala y se abre otro, cuando el septiembre asuman funciones las nuevas autoridades, éxito en la nueva encomienda que los ciudadanos dieron a su proyecto.