Parafraseando un poco la película mexicana de Iñárritu, donde se aprecian escenas de peleas de perros callejeros pagadas, sirve de preámbulo para tratar el tema de hoy… Si bien la gente no se sorprende de que diariamente por casi todos los municipios de Tlaxcala encuentren a las manadas de caninos, caminando, durmiendo, acercándose a los puestos de comida o peleándose, a muchos les causa cierta molestia y tal vez temor de que en una de esas el animal de la nada pueda mostrarse agresivo y atacar a una persona o a los niños que acompañan a la familia, esa es la realidad por más que los defensores de animales digan que no.
Es un hecho que este es un problema social y de salud pública que gobierno de cualquier nivel deberán resolver, canalizar y hacer partícipe a la comunidad para que juntos puedan en primer lugar hacerse responsables de los cientos de perros de diferentes tamaños, colores, edades que deambulan por las calles y que desgraciadamente, dan muy mala imagen a las entidades.
Las nuevas administraciones municipales deberán atender esta situación que no es tan complicada si en verdad quieren resolver el problema y emplear a fondo a las personas que tendrán en sus gobiernos, comprometiéndose a mejorar la limpieza de las calles y avenidas. Sacar de circulación a los animales que van y vienen es una primera acción para “despejar el área” y de esta forma, la ciudadanía pueda caminar de forma segura por las avenidas de si municipio o entidad.
Y ¿después? emplear estrategias para lograr “acomodar” a los animales que capturen, porque también un perro no puede pasarse la vida en la vagancia absoluta, hay que domesticarlos, entrenarlos, muchos de ellos tienen las características para convertirse en “binomios caninos” de unidades policiacas (entrenados para detectar droga, defender a niños, acompañar a una persona invidente) o bien darlos en adopción con un adiestramiento adecuado para el cuidado de las casas, mientras a los más pequeños, lograrán la educación dentro de un hogar.
Desgraciadamente, hemos visto a los perros sólo como mascotas, a las cuales consentir y ya, pero si deveras queremos modificar esta situación entonces no los veamos así, si ellos ya tienen una Ley de Protección y Bienestar Animal en el Estado, la cual los protege, también hagámoslos participativos, animales que no sean un “lastre” o “una carga” y démosle un lugar en la sociedad, además de evitar la sobrepoblación canina callejera.
Es cuestión de educación, tal vez ahí esté la mayoría de la solución a un sinfín de problemas que nos aquejan como sociedad a los mexicanos y tomar ejemplo de otras naciones que han puesto en práctica ideas donde a los animales se les ocupa y se les alecciona como es en este caso a los perros callejeros y que dejen de representar una amenaza para la gente o una carga al municipio.