- Política
A poco más de un mes de que fue electo como dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el expriista Carlos Augusto Pérez Hernández, celebró el aniversario de este instituto rodeado de cascajo político y con la ausencia de la gobernadora y morenista número 1 en Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros.
El operador político marianista, olvidó o no invitó a propósito a los miembros del gabinete lorenista y sólo algunos secretarios “grilleros” como el sanchezanayista, Homero Meneses Hernández, el junior secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García y el titular de Cultura, Antonio Martínez Velázquez, fueron quienes acudieron a la pasarela política, además del cansado secretario del Trabajo, Ignacio López Sánchez
La ausencia de la gobernadora fue notable y no hubo alguien que fuera en su representación, aún cuando en primera fila se encontraba Gelacio Montiel Fuentes, dizque secretario particular de la mandataria local.
Por el contrario, al besamanos se dieron cita diversos grupos políticos arraigados en el priísmo, marianismo, orticismo, panismo, entre otras corrientes convenencieras que hoy ya se dicen ser de la 4T, cuando antes no bajaban de loco a AMLO y a Lorena Cuéllar, muestra de ello es el mismo dirigente estatal que participó en el supuesto fraude contra la que hoy gobierna.
El evento fue un clásico de lo más arcaico del tricolor, las mismas formas, mañas y hasta la gente, ahí se pudo observar a personal que labora en el gobierno estatal que acudió para quedar bien a pesar de que la numero 1, no llegó al fantoche evento organizado por la desorganizada dirigencia estatal.
La ausencia de aquellos que tocaron puerta por puerta para la conformación de Morena hace años fue evidente y hoy, los protagonistas fueron los chapulines que sólo han vivido del erario público y buscan cobijo sólo para mantenerse dentro de la nómina gubernamental.
Los principios de Morena, como el “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”, han sido olvidados y cambiados por, “el que no transa no avanza”, lema encumbrado por la mayoría de los aplaudidores que acudieron a esta pantomima.
La división al interior del partidazo es un hecho, al grado de que el mismo secretario de Gobierno que colocó a sus compinches dentro de Morena, parece no haber sido invitado a tan fastuoso evento del priísmo.
El mensaje de la gobernadora tiene dos vertientes, la primera podría ser que muestra que no injerencia de su gobierno en el partido y que se exhibe como toda una estadista o que, estaría molesta con la dirigencia del partido compuesta de puro cascajo político.