- Tlaxcala
La falta de voluntad de las autoridades municipales del municipio de Tlaxcala orilló a que decenas de pobladores de Acuitlapilco se organicen para protagonizar bloqueos en la carretera federal Puebla – Tlaxcala.
El motivo es porque un particular por motivo personales decidió taponear el drenaje con cemento y piedras afectando a más 20 familias, sin importar que los desechos se estanquen, provocan que las ratas salgan de las alcantarillas para refugiarse en los domicilios, además del mal olor.
De este problema se le dio conocimiento a la administración que encabeza Jorge Corichi Fragoso, incluso a la CAMPAM, pero han hecho caso omiso pese a la proximidad de la temporada de lluvias.
El punto problemático se ubica en la calle “Rubí” del fraccionamiento “Pedregal” ubicado en la comunidad antes referida. Al decir de los inconformes, han enviado oficios directamente a Katy Verónica Valenzuela Díaz, secretaria de ayuntamiento y al propio alcalde, pero no hay respuesta.
“Desconocemos desde donde se originó el problema, solo sabemos que el drenaje lo construyó el ayuntamiento desde hace 15 años y apenas hace unos meses por problemas entre terceros los del sur lo taponearon, tan luego supimos del problema le dimos parte a la autoridad, pero no hay respuesta, estamos cansados. Si a la buena no nos hacen caso entonces ya estamos organizados para cerrar la carretera federal Puebla – Tlaxcala y no nos importa, nos tienen que hacer caso de alguna manera”.
Los quejosos afirmaron el olor a suciedad es insoportable, independientemente de las infecciones a las que están expuestos los pobladores, es decir, está en riesgo su integridad física y su salud.
Y es que la forma en la que están sobreviviendo es con el servicio del camión séptico, el cual extrae la suciedad, sin embargo, la presencia de este sistema debe ser constante para evitar derrames, aunque en temporada de lluvias este resultará obsoleto.
“Hemos acudido de manera formal y pacífica, pero en vista de que no nos hacen caso hemos decidido tomar medidas drásticas, no estamos dispuestos a seguir soportando el olor y la peste”, recriminaron los inconformes.