- Política
Luego de que el fin de semana la policía capitaliza implementara el operativo de alcoholímetro en las principales vialidades de la ciudad, más de uno fue sorprendido al conducir, como de costumbre, con algunas copas de más.
Tal es el caso de Víctor García Lechuga, quien trabaja para el tío de la Gobernadora y ex senador de la República, Joaquín Cisneros.
Al verse sorprendido por el positivo a la ingesta de alcohol más allá de lo permitido para conducir, el sujeto reaccionó con prepotencia, vilipendiando a los elementos de seguridad, exigiendo se le dejara seguir circulando.
Entre todos los santos y nombres que mencionó para que se le dejara ir en estado de ebriedad, invocaba constantemente al ex presidente de la capital, Jorge Corichi, y parece que este fue el santo y seña que funcionó.
Más tarde se le permitió continuar su camino a pesar de haber reprobado la prueba. Es así como una vez más la arbitrariedad, el manejo de influencias, la corrupción y el abuso de poder son el pan de cada día de los Tlaxcaltecas. La regulación en la venta de alcohol y los operativos con alcoholímetro reducen efectivamente el número de accidentes viales, pero si estos se aplican para unos sí y otros no, los resultados positivos no se verán.