Este año en Tlaxcala y México en general, celebraremos elecciones constitucionales para renovar senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales, ayuntamientos y presidencias de comunidad.
Publicaciones periodísticas señalan la existencia de una polarización en el país, derivada de la próxima renovación de la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, además de que en junio de este año se llevarán a cabo procesos electorales en todas las entidades federativas para renovar 8 gubernaturas, una jefatura de gobierno en la Ciudad de México y 31 congresos locales.
A entender de quien esto escribe, es normal que, en la coyuntura de elecciones para renovar cargos públicos, cualquiera que éstos se traten, la polarización política es normal. Es así, porque las fuerzas políticas participantes, partidistas e independientes, buscan diferenciarse entre unas y otras para buscar el apoyo de la ciudadanía el día de la jornada electoral.
Sin embargo, me parece que también, antes esos señalamientos de polarización es necesario atemperar los ánimos electorales, sobre todo cuando se sabe que, en el ámbito federal, en junio próximo estarán en disputa la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, es decir, la Cámara de Diputados Federal y las senadurías.
Tlaxcala no es ajena a las elecciones del próximo 2 de junio, pues estarán en disputa 794 cargos de elección popular.
Las dirigencias estatales de algunos partidos políticos han señalado la intervención del Gobierno del Estado en el proceso electoral ya en marcha, con el objetivo de favorecer a candidatos afines. Todo ello, con el objetivo de pretender manipular el voto de las y los electores, a través de los programas sociales, a favor del partido que gobierna, es decir, Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Los señalamientos no podrían estar más lejos de la realidad. Sin embargo, por ello mismo, se hace necesario apaciguar el clima electoral con acciones que destensen la polarización hasta ahora existente. Y una forma de hacerlo es mediante la firma de un acuerdo de civilidad.
Entiendo que así lo comprende la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. Por eso el gobierno estatal busca la firma de lo que se ha denominado Acuerdo Estatal de Civilidad Democrática.
El Secretario de gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, ha afirmado que el Acuerdo Estatal de Civilidad Democrática busca un desarrollo pacífico de las elecciones y de generar un mecanismo que erradique la corrupción e impunidad durante el proceso electoral 2023-2024. Para ello, ha convocado a los 11 partidos políticos con presencia en Tlaxcala, así como a las autoridades electorales del estado, a la firma de ese acuerdo.
¿Qué se busca? Que todos los actores políticos, partidos y candidatos independientes, hagan sus actividades con respeto pleno al proceso electoral, a los principios que rigen el derecho electoral y gocen de la atención social que permita que sus plataformas e ideas sean difundidas de manera pacífica.
Se puede afirmar, como se ha hecho, que eso está inscrito en la ley. Sin embargo, se ha dejado de lado el compromiso público que todas y todos debemos hacer ante la ciudadanía. Eso es lo que se ha dejado a un lado.
La firma pública de ese Acuerdo de Civilidad es una excelente oportunidad de hacer compromisos puntuales frente a la ciudadanía, además, exigibles a corto plazo. Eso, para nada es despreciable y así lo entiendo, busca el beneficio de colaborar a tener elecciones impecables, cuyos resultados sean lo menos posible impugnados ante los tribunales electorales.
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