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  • Rosa Maria Velazquez
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A lo largo del día, el cuerpo humano realiza múltiples tareas de limpieza sin que nos demos cuenta. Una de ellas es la producción de cerumen, esa sustancia amarillenta que, aunque a veces incómoda, juega un rol importante en la protección de los oídos. Sin embargo, cuando la cera se acumula en exceso, puede bloquear el canal auditivo. Descubre cómo destapar los oídos desde casa:

 

Gotas para los oídos: un clásico efectivo

Las gotas para los oídos no son una novedad, y hay una razón por la que siguen siendo recomendadas. Funcionan. La mayoría de las fórmulas disponibles en farmacias contienen ingredientes suaves, como peróxido de carbamida, que ayudan a desintegrar el cerumen endurecido. 

¿Lo mejor de todo? No necesitas grandes habilidades técnicas para usarlas. El procedimiento es sencillo: te recuestas en el sofá, con el oído afectado hacia arriba, y aplicas unas gotas según las indicaciones del producto. Deja que actúen por unos minutos. Aquí es importante la paciencia; no esperes un cambio inmediato. 

 

Si sientes una ligera efervescencia, significa que las gotas están haciendo su trabajo, descomponiendo la cera poco a poco. Luego, simplemente inclina la cabeza para que la gravedad haga lo suyo, permitiendo que la mezcla de cerumen y líquido salga.

 

Irrigación del oído: una alternativa de agua tibia

Si las gotas no te convencen o prefieres algo más físico, puedes optar por la irrigación para destapar los oidos. ¿Qué implica esto? Básicamente, usar agua tibia para empujar el cerumen hacia afuera. No es tan complicado como parece, pero debes hacerlo con delicadeza. Puedes conseguir una jeringa de uso médico sin aguja y llenarla con agua tibia. 

Y cuando digo tibia, lo digo en serio, nada de agua caliente, ya que podrías dañar el oído. Con la cabeza inclinada hacia un lado, aplicas suavemente el agua en el oído obstruido. Deja que la presión del agua haga su trabajo.

Aunque este método puede parecer más ‘primitivo’, sigue siendo uno de los más efectivos cuando se hace con precaución. La clave está en hacerlo despacio, sin prisa. El agua empujará el cerumen, y poco a poco sentirás cómo se despeja la molestia.

Solución de agua estéril: simple, pero eficiente

Cuando quieres algo efectivo, pero suave, la solución de agua estéril puede ser tu mejor opción. A menudo se utiliza en contextos médicos, pero también puedes aprovecharla en casa. Esta solución salina es ideal para suavizar el cerumen y hacer que sea más fácil expulsarlo.

El truco aquí es el siguiente: te inclinas hacia un lado, aplicas unas gotas de solución salina en el oído afectado, esperas unos minutos y dejas que el líquido drene. Es un método suave y sin riesgos, ideal si prefieres algo no invasivo.

No uses hisopos de algodón: el mayor error

Seguramente lo has escuchado más de una vez: “no metas nada en tus oídos que sea más pequeño que tu codo”. Aún así, los hisopos de algodón siguen siendo los aliados peligrosos de muchos.

Aunque pueden parecer útiles para destapar los oidos, su uso dentro del canal auditivo puede empujar el cerumen más adentro, creando un problema aún mayor. Lo que muchos no saben es que los oídos tienen un mecanismo de autolimpieza.

Por lo tanto, en la mayoría de los casos, basta con limpiar suavemente la parte exterior con un paño húmedo. Si ya tienes una obstrucción, es mejor que uses alguno de los métodos mencionados y guardes los hisopos para otro tipo de tareas.

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