• Vicente Morales Pérez
Pensar, decir y hacer: responsabilidad de la 4T

 

 

La reforma judicial en México representa una oportunidad histórica para fortalecer la democracia y garantizar que el poder judicial sea verdaderamente representativo del pueblo. La posibilidad de elegir a jueces y magistrados mediante el voto popular es un avance significativo que empodera a los ciudadanos y fomenta la transparencia en un sistema que, a menudo, ha sido percibido como distante y elitista.

Uno de los argumentos más contundentes a favor de esta reforma es el derecho fundamental de los mexicanos a participar en la elección de quienes tomarán decisiones cruciales sobre sus vidas. Hasta ahora, el proceso de selección de jueces ha estado marcado por la opacidad y, en muchos casos, por la influencia de intereses políticos. Al permitir que la ciudadanía elija a sus representantes en el ámbito judicial, se crea un sistema más transparente, donde los jueces deberán responder ante el pueblo que los eligió.

Además, esta reforma busca combatir la corrupción que ha minado la confianza en el sistema judicial. La posibilidad de elegir a los jueces a través de un proceso democrático no solo brinda a los ciudadanos la oportunidad de elegir a aquellos que consideran más competentes y honestos, sino que también establece un mecanismo de control social sobre su desempeño.

La Cámara de Senadores ha avanzado con vientos democráticos en esta reforma y hace unos días realizó un proceso de insaculación que estuvo a la vista de todos los mexicanos a través de las plataformas digitales. Esta insaculación derivó en la futura elección de 464 magistrados y 386 jueces, dando un total de 850 cargos de juzgadores que deberán ser electos por el pueblo de México el próximo domingo 1º de junio de 2025. Así también las reformas a la legislación secundaria presentan grandes avances, refiriéndome a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y Ley General de Medios de Impugnación

La implementación de esta reforma en su fase legislativa ha iniciado y la primera elección se realizará en 2025. Por supuesto, la reforma no está exenta de desafíos. Es crucial garantizar que los procesos electorales para la selección de jueces sean justos, transparentes y estén libres de manipulaciones. La reforma judicial en México es una oportunidad invaluable para revitalizar la democracia en nuestro país. Al empoderar a los ciudadanos para elegir a sus jueces y magistrados, estamos sentando las bases para un sistema judicial más justo, transparente y representativo. La justicia debe ser un derecho de todos, y esta reforma es un paso decidido hacia esa meta. Es hora de que los mexicanos tomen las riendas de su justicia y construyan un futuro donde el poder judicial sea verdaderamente del pueblo y para el pueblo.

Sígueme en mis redes sociales

Facebook: VicenteMoralesPOficial

Instagram: moralesperezvicente