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Este martes se pusieron en marcha los nueve proyectos validados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) dentro del plan hídrico nacional para sanear el río Zahuapan, un afluente clave en el estado de Tlaxcala.
La acción fue supervisada por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, acompañada del comisionado Estatal de Tratamiento de Agua, Javier Tobón Lozano; el director general del Organismo Cuenca Balsas de la CONAGUA, Andrés Galván Torres; y el coordinador de la estrategia institucional de la Semarnat, Jaime Vázquez Bracho.
Durante la visita, se dio inicio a un trabajo de diagnóstico y recorrido por el margen del río Zahuapan a su paso por la capital tlaxcalteca. Estos proyectos forman parte de una serie de iniciativas que buscan restaurar y sanear la calidad del agua del afluente, con el objetivo de mejorar su estado ecológico y reducir los impactos negativos generados por las descargas de aguas residuales.
Jaime Vázquez Bracho, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), destacó que, como parte de uno de los proyectos ecológicos más ambiciosos en la historia del país, ya se han recorrido varios kilómetros de la cuenca del río Atoyac, que atraviesa 70 municipios de Tlaxcala y Puebla.
Por su parte, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros celebró el inicio de los trabajos de saneamiento del río Zahuapan, particularmente en su tramo de nacimiento en el municipio de Tlaxco, uno de los puntos de partida para un trabajo serio y responsable.
Cuéllar Cisneros señaló que, con el inicio de estos nueve proyectos validados por Conagua, se busca revertir el daño causado durante muchos años al afluente, mejorando su calidad y restaurando su ecosistema.
"Queremos revertir un daño de muchos años. El trabajo es arduo, pero ya se tiene un presupuesto inicial de entre 20 y 400 millones de pesos para los trabajos de saneamiento, lo cual ha escalado en los últimos tres años gracias a un enfoque integral que incluye la reingeniería de 13 plantas de tratamiento de agua", comentó la gobernadora.
Destacó que más del 60% del agua tratada en estas plantas de tratamiento está certificada para ser reintegrada al río o utilizada en actividades de riego para parques y cultivos, lo que contribuye a un ciclo más sostenible del recurso hídrico en la región.