- Tlaxcala
Posterior al evento el titular del Servicio Social de Instituciones de Educación Superior, Víctor Manuel Báez Alvarado, habló sobre la reciente participación de estudiantes en actividades de beneficio social. Las acciones, basadas en principios humanistas, ofrecieron soluciones a necesidades reales de familias en situación vulnerable.
También detalló los alcances de un proyecto donde jóvenes estudiantes ofrecieron su tiempo y esfuerzo a favor de quienes más lo necesitaban. En lugar de limitarse a cumplir un trámite académico, los participantes mostraron una profunda sensibilidad social.
Víctor Manuel Báez Alvarado explicó esta estrategia respondió al modelo de humanismo impulsado por el gobierno federal, con un enfoque centrado en la dignidad humana, a través de distintas actividades, los estudiantes no solo contribuyeron materialmente, sino que también generaron vínculos solidarios con las comunidades.
Una de las formas en que los jóvenes colaboraron fue mediante la entrega de aparatos domésticos, identificados como una necesidad prioritaria por las propias familias. Quienes no pudieron desplazarse físicamente a zonas rurales, optaron por investigar, organizar colectas y coordinar la entregas de artículos útiles. Esta alternativa permitió a más estudiantes participar sin dejar de lado el espíritu del programa.
El criterio de selección incluyó el desempeño académico y el compromiso demostrado en sus instituciones. Participaron alumnos de centros educativos como CECyTEs, CONALEP y otras entidades federales y particulares. La coordinación con docentes y enlaces escolares fue clave para que las actividades se llevaran a cabo con orden y propósito.
Otro componente del programa consistió en intervenciones comunitarias enfocadas en mejorar el entorno físico: pintura de espacios públicos, rehabilitación de áreas comunes y limpieza de zonas con riesgo para los habitantes. Estas acciones buscaron prevenir accidentes y elevar la calidad de vida.
Paralelamente, los estudiantes desarrollaron proyectos educativos dirigidos a sus compañeros, brindando asesoría en materias como matemáticas, física e idiomas. Estas iniciativas no solo reforzaron el aprendizaje, sino que permitieron a los participantes aplicar sus conocimientos de manera práctica.
El programa también contempló convenios con instituciones nacionales e internacionales, lo que amplió las oportunidades para que los jóvenes se integraran en actividades relacionadas con sus respectivas áreas de estudio. Así, pudieron colaborar en oficinas públicas, planteles escolares y centros comunitarios.
Para cerrar, Báez Alvarado resaltó el impacto positivo que dejaron estas experiencias, tanto en quienes ofrecieron su servicio como en quienes lo recibieron concluyó.