• Felipe Hernández Hernández
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Hace unos días se conoció que un juez de los recientemente electos, no supo conducir de manera adecuada una audiencia pública y como parte de la misma ordenó notificar una decisión a la víctima con la salvedad de que ésta ya había fallecido.

Otro lamentable caso es el de una magistrada también electa recientemente que se niega a excusarse de asuntos que anteriormente venia representando y se le señala que, aprovechando su nuevo cargo, decide a favor de otros intereses menos el de impartir justicia de manera imparcial.

Estos casos y otros que son de dominio público llevan a la reflexión, no solo del proceso de elección del mal llamado nuevo poder judicial, aunque ya sea un hecho consumado, sino también sobre algunos perfiles que tienen una responsabilidad judicial y probablemente carezcan de la formación, experiencia y competencias necesarias para el ejercicio de dicho cargo.

En la actualidad se reconoce que la complejidad que tiene la realización de las diversas actividades jurídicas, económicas, educativas y culturales requiere de individuos con las capacidades necesarias para ejercer determinada profesión, tarea, empleo, ocupación o trabajo.

Estas capacidades que también se denominan cualificaciones profesionales, se obtienen en un proceso de formación y de especialización, donde los individuos adquieren y desarrollan conocimientos, habilidades y actitudes que están en relación con la complejidad de la tarea que en un futuro van a realizar, esto significa que, mientras más compleja sea la actividad a desarrollar, mayores deben ser las cualificaciones profesionales de los individuos.

Por cualificaciones profesionales se entiende al conjunto de competencias profesionales con significación para el empleo y que pueden ser adquiridas mediante formación escolar, pero también a través de la experiencia laboral.

Se entiende que una persona tiene las cualificaciones suficientes cuando en el desarrollo de su trabajo obtiene los resultados esperados para esa ocupación o función. Es decir, cuando demuestra que tiene los conocimientos, habilidades y capacidades que le permiten el ejercicio de la actividad profesional conforme a las exigencias del empleo.

Conscientes de lo anterior en muchas instituciones públicas se ha implementado lo que se denomina Servicio Civil de Carrera (SCC) o Servicio Profesional de Carrera (SPC), como el Instituto Nacional Electoral (INE), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA), entre otras.

Se entiende por Servicio Civil de Carrera o Servicio Profesional de Carrera al conjunto de acciones sistemáticas mediante las cuales los servidores públicos pueden ingresar, permanecer y desarrollarse profesionalmente con el propósito de contar con personal calificado que pueda desempeñar su actividad laboral con altos niveles de eficiencia y eficacia.

Como lo consignaron hace unas semanas los diversos medios de comunicación, en relación a los nuevos jueces y magistrados, también se anunció que recibirían un curso “exprés” a fin de que cuenten con los conocimientos básicos de sus responsabilidades judiciales, es decir, para “empaparlos” de su función jurisdiccional.

Algunos temas que se abordarían en este curso exprés son: Inducción para familiarizarlos en su nuevo rol; Marco Normativo sobre el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares; Habilidades Judiciales donde se tocarían temas como el razonamiento y valoración de pruebas y el desarrollo de pensamiento lógico; Perspectiva de Género y Derechos Humanos con énfasis en los derechos de grupos vulnerables, y; Ética Judicial sobre las responsabilidades administrativas de los servidores públicos.

Estos hechos contradicen el argumento de que fueron seleccionados por su experiencia y formación, pero, sobre todo ponen en duda de cómo ejercerán su elevada responsabilidad, y si en un tiempo tan breve podrán adquirir conocimientos y habilidades de suyo complejas.

La profesionalización de los servidores públicos es de vital importancia a fin de actuar con mayor eficiencia y mejorar el servicio a la comunidad, sin embargo, la duda permanece: ¿Servicio Civil de Carrera o Servicio Civil a la Carrera?