- Tlaxcala
La Plaza Jorge “Ranchero” Aguilar, conocida como la “Tacita de Plata” y símbolo cultural de Tlaxcala, fue cedida para la instalación del Circo Atayde como parte de los festejos del 500 aniversario de la fundación de la ciudad.
Lo que en otros países se presume como patrimonio y escenario para espectáculos de talla internacional, en Tlaxcala se degrada con una carpa improvisada que ni siquiera aprovechará la infraestructura del inmueble. La decisión genera molestia e incredulidad, pues existen otros espacios más adecuados para este tipo de eventos.
La medida no solo refleja la falta de visión cultural de las autoridades municipales y estatales, sino que también pone en riesgo la declaratoria de la UNESCO sobre la capital tlaxcalteca.
La responsabilidad recae directamente en el Ayuntamiento, la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Turismo y, sobre todo, en el delegado del INAH, quienes permitieron que un emblema arquitectónico quedara reducido a un espectáculo circense.
Apenas 13 días después de que el circo desmonte, iniciará la feria taurina en el mismo recinto, lo que abre la preocupación por posibles daños a una de las joyas históricas de Tlaxcala.