• Doctora Elsa Martínez Flores
SOCIOLOGANTE

El pasado 17 y 18 de septiembre se realizó el evento Meta Connect 2025, el escaparate de Zuckerberg para mostrar el futuro de su empresa. Como era previsible, los reflectores se quedaron en los lentes Ray-Ban con inteligencia artificial, pero detrás de esa narrativa hubo anuncios que pasaron inadvertidos.

Uno de ellos fue la presentación de Horizon TV, una plataforma que busca centralizar películas, series, deportes y transmisiones en vivo dentro del metaverso con el apoyo de las gafas Meta Quest. El objetivo no es solo ver contenidos, sino vivirlos en un entorno virtual compartido.

Entre los socios se encuentran Disney+, Prime Video, Peacock, ESPN y Twitch, lo que refuerza la ambición del proyecto. Sin embargo, aún queda la duda: ¿será esta experiencia superior a la de una pantalla tradicional o se tratará simplemente de un cambio de formato sin verdadera innovación?

Aquí entra el concepto de cine inmersivo, distinto al conocido 3D. Mientras el 3D proyecta imágenes que parecen “salir” de la pantalla, lo inmersivo coloca al espectador dentro de la escena. Con audio espacial, visión panorámica y profundidad interactiva, la película deja de estar frente a nosotros para envolvernos.

Pero la promesa tecnológica tropieza con la brecha digital. Para Estados Unidos y Europa, el acceso a gafas y conexión de alta velocidad será más rápido. En América Latina, aunque los precios de los dispositivos puedan bajar, la mayoría de las familias seguirá viendo lejana esta posibilidad en el corto plazo.

Quizá en una o dos décadas, el cine inmersivo forme parte de la vida cotidiana en la región. Entonces, producciones como Avatar o nuevas narrativas audiovisuales podrán experimentarse con la misma naturalidad con la que hoy se enciende un televisor.

“Ninguna empresa puede sobrevivir estancada en una tecnología de hace 15 años”, señaló James Cameron durante su participación en Meta Connect 2025. Invitó a dar el salto del 3D hacia lo inmersivo, aunque es claro que no todos transitarán hacia ese camino: muchos preferirán seguir disfrutando el cine en su forma tradicional.

En cambio, para quienes buscan adrenalina y nuevas sensaciones, el 3D pronto quedará corto frente a la posibilidad de sentirse dentro de la trama y vivir la película como experiencia total. La gran incógnita es cuándo esta tecnología será realmente accesible para la mayoría.