- Política
El acto político que Movimiento Ciudadano organizó en Tlaxcala con la presencia de Jorge Álvarez Máynez y Luis Donaldo Colosio Riojas terminó revelando fracturas internas y carencias organizativas en la estructura estatal del partido.
Lejos de consolidarse como una demostración de fuerza, el evento evidenció la incapacidad de los responsables de la logística y la operación política: Julio César Hernández Mejía y Mariana Jiménez Zamora. Ambos, ex militantes del PAN que recientemente se sumaron a MC, habían sido presentados como activos estratégicos capaces de garantizar convocatoria y cohesión. El resultado fue el contrario: un salón semivacío, un programa desordenado y un desplante a los invitados que restó seriedad al encuentro.
Y es que la imagen proyectada en Tlaxcala fue la de un partido vulnerable en su proceso de expansión, dirigido en lo local por actores cuya trayectoria está marcada más por el oportunismo partidista que por resultados efectivos. La apuesta de la dirigencia estatal por reciclar cuadros provenientes del PAN terminó en un revés que golpea directamente la narrativa de crecimiento nacional de Movimiento Ciudadano.
La ausencia de capacidad de movilización y la improvisación logística confirman que Julio y Mariana no lograron consolidarse como operadores confiables. Por el contrario, pusieron en evidencia que su incorporación al partido responde más a una búsqueda de sobrevivencia política tras su desgaste en Acción Nacional, que a un compromiso real con el proyecto de MC.
En términos estratégicos, la visita de Máynez y Colosio debía servir para posicionar a Tlaxcala como un bastión emergente dentro de la agenda nacional del partido. Sin embargo, terminó generando dudas sobre la solidez de su estructura local y la pertinencia de confiar en figuras que ya habían sido cuestionadas en su desempeño previo.
Movimiento Ciudadano perdió una oportunidad de consolidarse en Tlaxcala y, en cambio, mostró debilidad bajo la conducción de operadores que no estuvieron a la altura.