• Horacio González
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Tarde o temprano, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros tenía que reconocer el éxito que representa el hecho de que el Metepantle Tlaxcalteca esté reconocido como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial. 

Sin embargo, en este caso muy tarde lo hizo: cinco meses después de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo oficializará en mayo de este año.

Finalmente, Cuéllar Cisneros tuvo que “doblar” las manos para reconocer ese éxito. Y lo hizo por dos motivos: 

En primer lugar, porque esta semana, el 31 de octubre, la senadora Ana Lilia Rivera Rivera recibirá en Roma, Italia, en un viaje financiado por la FAO, el certificado que acredita el reconocimiento, después de los esfuerzos que ella encabezó junto con campesinos del estado, para iniciar los trámites y lograr la aceptación del organismo internacional.

En segundo lugar, porque la FAO y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural vendrían a Tlaxcala a hacer el reconocimiento al esfuerzo de campesinas y campesinos por mantener vivo este sistema milenario. Y el titular de la dependencia, Julio Berdegué Sacristán, corrió la cortesía a la mandataria estatal. Así que la gobernadora tenía que estar presente, más todavía sabiendo que el director general de la FAO, Qu Dongyu, estaría en tierras en tlaxcaltecas.

La presencia de Lorena Cuéllar en el acto del domingo en la comunidad de Álvaro Obregón, municipio de Españita, es implícitamente un reconocimiento a la iniciativa de Ana Lilia Rivera por iniciar y financiar la investigación que se llevó más de tres años, aunque la mandataria no lo admita en público. Su rivalidad política con la originaria de Calpulalpan hace, incluso, que sin ningún mérito se quiera apropiar un mérito de algo que no le pertenece.

Eso lo sabe ella y sus funcionarios del ramo, que sobre el tema del Metepantle conocen poco. En lo últimos días han difundido noticias sobre apoyo sin precedente al cultivo del maguey y a la construcción y rehabilitación de jagüeyes, siendo que ambos, por sí solos, no hacen el sistema.

En su comunicado de prensa, el gobierno estatal reconoce que el Metepantle representa un ejemplo vivo de cómo la agricultura tradicional puede ofrecer soluciones sostenibles frente al cambio climático, al proteger el suelo, conservar el agua y fortalecer la soberanía alimentaria local. Sin embargo, en cuatro años de esta administración no se conoce que se hayan destinado recursos para fortalecerlo y acrecentarlo.

Se esperaría que para 2026, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros destine recursos al sistema del Metepantle, pero es la hora que se desconoce si eso será así, siendo que desde mayo ya se sabe del reconocimiento de la FAO. Tenemos 15 días más para saber si habrá o no dineros gubernamentales, una vez que la gobernadora envíe su paquete económico al Congreso local, que incluye la iniciativa de presupuesto de egresos.

Por ahora, con una ayuda diplomática de la FAO, Lorena Cuéllar intenta que su gobierno no quede al margen del éxito que representa el reconocimiento del Metepantle como Patrimonio Agrícola Mundial. Pero lo hace a destiempo y con mezquindad: reconoce a las y a los campesinos tlaxcaltecas por no dejar morir este sistema milenario, pero no les anuncia recursos para fomentarlo y tampoco reconoce a la autora del impulso para que se diera el reconocimiento por parte de Naciones Unidas.

No oculta su parcialidad de cara a una contienda partidista interna. Pareciera que intenta tener todos los dados en su poder, pero en el fondo sabe que no está en su mano la definición de la candidatura. Al menos no aquella que le sucederá en su asiento en Palacio de Gobierno.