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  • Luis Castillo
Después de haber navegado en la nómina dorada del Ejecutivo y el Judicial, así como aspirar a magistrado y notario, terminó en la contraloría del TJA

A pesar de presumir su cercanía con la gobernadora del Estado, Lorena Cuéllar Cisneros y de haber sido uno de los funcionarios consentidos tanto en el Poder Ejecutivo como en el Judicial, el ahora exconsejero de la Judicatura, Miguel Sánchez Ramírez, fue seriamente degradado y finalmente, terminó por fungir con contralor en el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA), cargo en el que se prevé culmine la administración gubernamental si es que se porta bien.

Todo indica que el poderoso abogado, cayó de la gracia de la mandataria estatal, pues después de haber navegado en la nómina dorada de la administración pública, ahora deberá conformarse con un cargo administrativo de segundo nivel, donde además ha sido condicionado a entregar buenas cuentas, pues de lo contrario, podría quedarse sin nada.

Tras iniciar su carrera en el Poder Ejecutivo, dicho abogado fue designado como director Jurídico de la Secretaría de Gobierno, cargo que le permitió tener una cercanía permanente con la gobernadora del Estado, Lorena Cuéllar Cisneros, a quien logró endulzarle el oído con argucias legales como la creación del fallido Instituto Tlaxcalteca Para Devolver Al Pueblo Lo Robado, pues prometió a la mandataria estatal que ahí el gobierno del Estado podría acceder a grandes fortunas, situación que de inmediato llamó la atención de la mandataria estatal.

No obstante, pese a los esfuerzos y la creación de dicho Instituto, Miguel Sánchez solo logró hacer y deshacer con los más de 18 millones de pesos que le fueron asignados como presupuesto en 2024, donde él fue ungido como titular, pero al final no logró recabar un solo peso por tratarse de un organismo que funcionó al margen de la ley, por lo que tuvo que desaparecer.

Pese a esta situación, Miguel Sánchez Ramírez fue incorporado como integrantes del desaparecido Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de Tlaxcala, donde también vivió en la opulencia, al contar con ingresos aproximados de 150 mil pesos mensuales, lugar donde se mantuvo hasta la desaparición de dicho organismo derivado de las reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial de Tlaxcala.

Aunque en ese tiempo fue uno de los privilegiados que logró postularse como aspirante a notario público y también buscó convertirse en magistrado en la elección pasada, su suerte cambió, pues ni logró pasar el filtro para seguir en la elección de magistrados y para el caso de la notaría, el flamante abogado resultó no ser tan bueno como presumía, pues fue de los que obtuvo las menores calificaciones en la evaluación de que fueron objeto.

Finalmente, después de dos meses de andar penando y solicitando audiencia ante la mismísima gobernadora del Estado, Lorena Cuéllar Cisneros, quien ya no lo recibió, fue encajado como Contralor en el Tribunal de Justicia Administrativa, cargo en el que habrá de terminar sus días en esta administración, si es que se porta bien, pues de lo contrario, tendrá que despedirse de la administración pública.

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