El ser dirigente lo otorga un mandato, viene de fuera hacia dentro de la persona, su motivación es menos intensa que el liderazgo, el líder nace con aptitudes y se forma para serlo, ser dirigente es sencillo de obtener, basta un momento de suerte o un buen amigo para serlo, el líder en cambio se forja.
Al dirigente se le tiene que obedecer, el líder se hace obedecer, con ejemplo, pasión y tesón y se le sigue, el dirigente puede ser incompetente o inepto, el líder es inteligente, capaz, creativo, humano e intenso.
El dirigente confunde liderazgo con autoridad por su incongruencia al actuar, el líder es empático, amoroso e incansable, el dirigente tiene que imponer, el líder propone y es escuchado, al dirigente se le teme, al líder se le ama.
El dirigente es intransigente, el líder es comprensivo, el dirigente ordena y no sabe qué es lo que se tiene que hacer, el líder tiene sabiduría y sabe cómo actuar, el dirigente tiene horarios, para el líder el tiempo no cuenta cuando se trata de conseguir una meta.
El dirigente se rodea de incompetentes para que brille y sus yerros sean festejados, el líder está acompañado de gente pensante y crítica, que atempera su actuar, el dirigente se pierde en su demagogia y atavismos, el líder mira hacia adelante, en busca de un futuro promisorio para todos, el dirigente es egoísta y obedece a los intereses que le invistieron.
El dirigente es olvidado, el líder trasciende, en fin hay una distancia abismal entre un líder y un dirigente, por lo que estimado lector, ¿qué es Usted? ¿Líder o dirigente? o ¿qué le gustaría ser? INFORMES Y SUGERENCIAS AL CEL. 0442464591656 ó AL CORREO ELECTRONICO: [email protected], EN FACEBOOK Y TWITTER.