- Política
Priistas del municipio de Apetatitlán, lamentaron la postura incongruente y la exclusión de su partido, tras la imposición de voluntades personales y de grupos con el afán de saciar sus egos malintencionados de quienes solo cuando sus intereses convienen son priistas, por la designación de Erick Alejandro Gutiérrez Morales como Presidente y Elizabeth Cervantes como Secretaria General del Comité Directivo Municipal.
De acuerdo a las declaraciones de los priistas reconocidos y de amplia trayectoria apegada a los principios que guarda el Partido Revolucionario Institucional (PRI), lamentaron que fueran “impuestos por mercenarios priistas”.
Los denunciantes que pidieron la gracia del anonimato por temor a represalias, resaltaron que esa práctica evidenció que; “cuando no se venden al mejor postor prostituyendo el quehacer político y denigrando a quienes tienen verdaderamente la vocación de servir y no de servirse”.
Sostuvieron además, que la nueva Secretaria General del PRI Elizabeth Cervantes, fue premiada con el cargo ya que se desempeña como trabajadora doméstica con un alto funcionario del gabinete marianista, a pesar de que tiene filiación en el Partido Alianza Ciudadana (PAC).
Agregaron que esa situación violaría los estatutos del tricolor, ya que además de que no ha tenido ningún cargo de dirigencia ni mucho menos encabezado trabajo alguno a favor del PRI fue designada en el cargo referido.
En el caso del nuevo presidente priista, repudiaron que el cargo haya sido para el hermano del ex candidato perdedor a la alcaldía Víctor Hugo Gutiérrez Morales, quien habría negociado la dirigencia municipal del tricolor para su hermano.
Por lo anterior; “este grupo de priistas están allegándose de más militantes y cuadros priistas del municipio para hacer latir su inconformidad valorando la posibilidad de recurrir con el ex presidente del comité municipal Salvador Temoltzin Durante y determinar la decisión de impugnar la designación de estas personas”.
“La etapa que está viviendo el priismo nacional, es incongruente la exclusión e imposición de voluntades personales o de grupos con el afán de saciar sus egos malintencionados de quienes solo cuando sus intereses convengan son priistas y que cuando no se venden al mejor postor prostituyendo el quehacer político y denigrando a quienes tienen verdaderamente la vocación de servir y no de servirse”, concluyeron.