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Cual si fuera la nostalgia por lo que fue, las lágrimas estuvieron a punto de traicionar a Mariano González Zarur, en su último día como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), estafeta que pasó a manos de su homólogo del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas.
En lo que fue su despedida, quiza los nervios de no equivocarse al hablar ante sus compañeros y el presidente Peña Nieto a su lado, casi le juegan una mala pasada cuando empezaba a dar un informe de lo que fue su gestión al frente de la Conago, que celebró en Tlaxcala su XLIX Reunión Ordinaria.
Mariano tuvo que ser arropado por los aplausos de los colaboradores de su Gobierno para no quebrarse y continuar con su lectura, animado además por quienes estaban más cerca de él.
Una producción de alto nivel en el Centro de Convenciones, con una parte del mural de La Batalla de Cacaxtla y el bosque de Las Luciérnagas como telón de fondo, fue el escenario de la última dirección de orquesta del ganadero tlaxcalteca como líder o representante de los gobernadores mexicanos.
Previo al inicio del evento público, el Ejecutivo local aprovechó para emitir un video en el que mostró "una nueva realidad" de Tlaxcala.
Así, Gonzáles Zarur dio un adelantó de cómo podría mostrarse cuando su trabajo como coordinador de los esfuerzos de los tlaxcaltecas llegue a su fin, acaso llegar a las lágrimas en su último informe de Gobierno o cuando haga la entrega recepción en 2016.