• Citlali Ortiz Cano
México campeón mundial de obesidad

Volvemos a ganar un campeonato mundial en situaciones negativas- como el de ser el país más peligroso del mundo, para ejercer el periodismo - aunque ahora se trata de salud. Rebasando por la derecha a los Estados Unidos, ahora si tenemos el primer lugar de obesidad en adultos-ya teníamos el primer lugar en obesidad infantil-con más del 30% de la población adulta con obesidad y también salió a relucir la formidable cifra del 70 %  de nuestra población con sobrepeso.

Tiene mucho que ver, que México con su sistema político y económico, es el caldo de cultivo ideal para todo tipo de “enfermedades de la tristeza”, como lo son todas las adicciones y en especial  la adicción a comer, se ha vuelto la numero uno, dadas las condiciones socioeconómicas que privan en nuestro país, además de que la sustancia adictiva de la obesidad- en este caso la comida-, está muy al alcance de las personas y también que implica una función vital, solo que alterada.

La gente ve en la comida el único recurso para aminorar, aunque sea por minutos, la triste realidad que vive, come para sustituir la falta de incentivos y expectativas, de un país, que además de ser pobre, es violento, con una guerra sin razón, desigual, sanguinaria, sin lógica, ni reglas, lo que la convierte en la peor de las guerras.

Claro que esto último, desatado por países rapaces de primer mundo, con la complicidad de malos gobernantes mexicanos -que abundan-, propiciando guerras donde no las hay, siempre  y cuando el país sea tan rico en recursos, pero ignorante como el nuestro-tenemos un grado de escolaridad de tercer año de primaria-.

Al ser el nuestro, un país, al que a sus gobiernos, jamás les han interesado los problemas de salud de sus gobernados, ya sea por ignorancia o a propósito para que se dé el saqueo a todo y con todo, como nos está sucediendo; las adicciones se han convertido en la pandemia del siglo XXI, con sus respectivas enfermedades derivadas de ellas, como lo son la diabetes, hipertensión, infartos al miocardio o cerebrales, que pasan a ocupar el lugar número  uno de causas de muerte en el mexican@.

Estando así las cosas, podemos ver, que se está cumpliendo el objetivo de esos intereses oscuros, el de aniquilarnos, ya sea muriendo violentamente o paulatinamente, por todas las enfermedades generadas por este grave problema de salud mental.

Aunque el panorama es desolador, tenemos que  contrarrestarlo nosotros mismos, en un primer plano como personas y padres, preocupándonos por una buena educación emocional y por establecer buenos y estrechos lazos de comunicación  con nuestros hijos.

De ahí, que tenemos que pugnar por comunidades de entendimiento, siendo congruentes con el actuar,-porque un hijo aprenderá cien veces más rápido lo que ve hacer a sus padres-, logrando convivencias de verdadero amor y respeto entre nuestros pares y por último, viene algo complejo y  costoso- pero que es muy redituable-, que es, el alzar la voz, opinar, y sobre todo actuar para que los gobiernos en todo sus niveles, se ocupen de la salud en general de sus pueblos, pero principalmente, en lo que tiene que ver con salud mental.

Sólo de esta manera podrá irse contrarrestando el efecto devastador de las adicciones de todo tipo, pero en especial, de la que a más población afecta, que es la obesidad. Aunque es una realidad que otras adicciones, cada vez cobran más espacio, llegando a ser, ya un gran número de personas que padecen alguna adicción en México y que sobreviven con la pobre calidad de vida que conllevan estas enfermedades adictivas.

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