La dificultad para el tratamiento de las adicciones, estriba en el desconocimiento de la naturaleza de la enfermedad adictiva y eso tiene que ver, con que la adicción no es considerada como enfermedad y por lo tanto, al no ser abordada como tal, es casi imposible su control sin el tratamiento adecuado.
Aunque tendríamos que hablar primordialmente de prevención, como lo mejor para su combate, es un hecho que la enfermedad adictiva nos está ganando la batalla, ha cundido y su avance es vertiginoso, por lo que primero hablaré de su tratamiento.
Hay que reconocer que las soluciones son diversas, por su alcance, la más efectiva es una psicoterapia grupal como la del modelo de Alcohólicos Anónimos y sus filiales de familiares de alcohólicos, conocidas como “Grupos de Familia Alanon”, ambos pueden funcionar muy bien, por el contenido y su dinámica de tratamiento, que está encaminada a la reparación de la autoestima de la persona con alguna adicción, a través de un eficaz programa de espiritualidad, amor a sí mismo y hacia los demás.
También un programa de psicoterapia con un psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra,-conocedor y con entrenamiento en adicciones-, podría funcionar, siempre y cuando el enfermo, no abandone el tratamiento durante un período más o menos prolongado; aunque en la jerga de los programas de autoayuda arriba mencionados, se habla de “programas de por vida”, por lo que los tratamientos tienen que tomarse con mucha seriedad y constancia.
Soluciones a mediano plazo, son las que tienen que ver con la prevención, sería muy conveniente implementar en primer término programas para educadores, abordando el tema con conocimiento y amor, para lo cual, los participantes, se tendrían que preparar adecuadamente, trabajando en lo conceptual y en la práctica, el amor propio y hacia otros, ya sea con psicoterapia o con entrenamientos de especialistas.
Dentro de esta categoría, pero a un plazo más largo, sería, toda una reestructuración de nuestro sistema de salud, donde se dé prioridad de atención a la salud mental y física de la población, a través de programas de gran envergadura, que incluyan el mejoramiento integral de la calidad de vida de la gente.
Planes de acción donde se implementen programas sociales, aunque no asistenciales, como los que ya existen y no han servido para nada, sino aquellos que proporcionen todos los requerimientos materiales y emocionales para una convivencia equitativa y sana entre las personas.
Y cada uno de nosotros tenemos el ineludible compromiso de conocer, acerca de la prevención y tratamiento de las adicciones, para aplicar todo lo que se necesite hacer, para lograr una sociedad sana, feliz y productiva.
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