• Pedro Morales
La Caiptlax es exactamente igual a la “Carabina de Ambrosio”

¡Ya se veía venir!, en su evaluación el comisionado presidente de la Comisión de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (Caiptlax), Claudio Cirio Romero, reconoció que el organismo no cumple al cien por ciento la misión para la que fue creado.

Ni cumplirá.-

En conferencia de prensa hizo oficiales los resultados de la primera evaluación a sujetos obligados, luego de que fueron filtrados los reportes sin su autorización a algunos medios de comunicación. Simplemente montó en cólera.

También dijo que en la Caiptlax, existe falta de actualización de información y que solo  77 por ciento de los 140 sujetos obligados, medio han cumplido con lo que marca la ley.

A estas alturas se comprometió a que analizarán sus debilidades y se pondrán al corriente, a sólo les resta cuatro meses para concluir el cargo, más vale tarde que nunca.

Sin embargo, la Caiptlax, al igual que otros “entes” como el IET, la CEDH y la mayoría de los fideicomisos e institutos especializados se distinguen por su inoperancia.

Salvo contadas excepciones como el Instituto Tlaxcalteca para Personas con Discapacidad ITPCD.

Mucho personal, muchos directivos trabajan en esos lugares y el resultado son horas y tiempo perdido en la mayoría de los casos para los tlaxcaltecas, cuando piden información o ayuda en caso de la violación de sus derechos.

En el caso particular de la Caiptlax, si bien es cierto que carece de la fuerza jurídica para hacer valer su autoridad, que no la tiene, hay un claro ejemplo de no querer hacer las cosas.

Si bien es cierto que no puede ejercer más presión que la que le permite la ley, tampoco se ha puesto empeño en acudir a quienes sí pueden hacer que les hagan caso.

Ahí está el Congreso, el Órgano de Fiscalización Superior, las y los diputados federales, las senadoras, en el caso de algún delito lo puede encuadrar la PGJE, si hay denuncia de por medio.

Querer es poder, pero no se ha podido, ni se ha querido actuar,

En el caso más simple, en los ayuntamientos, existe la figura del síndico o de los regidores, quienes pueden y deben de hacer presión para la rendición clara y puntual de las cuentas públicas de los ayuntamientos.

Pero los integrantes de la Caiptlax, en su mayoría, se han echado en la hamaca de la burocracia, solo les interesa cobrar sus quincenas, sus jugosos bonos y presumir que son quienes cuidan la transparencia en Tlaxcala.

La verdad es que es un “ente” que no debería existir o de plano ser ciudadanizado, como ocurre en estados del norte, sin sueldo, que los cargos sean honoríficos, que no cobren por hacer su trabajo.

Porque si nos detenemos un momento, ellos deberían sugerirle al titular del Ejecutivo que cumpla lo que dijo el día de la toma de su posesión, que “Tlaxcala sería una caja de cristal, en materia de rendición de cuentas.

Que habría un informe puntual de lo que se gasta cada cuatro meses y es la hora en que ni siquiera se ha presentado ante los tlaxcaltecas un informe de gobierno, los pretextos sobran y la acción es mínima.

Da tristeza y desaliento ver que el ciudadano emite su voto, le bajan las perlas de la Virgen, la nube y las estrellas y al final del día nos dejan con promesas incumplidas.

Ya lograron el voto, el poder y lo demás es lo de menos, que se frieguen los ciudadanos, que paguen impuestos, que no pregunten, que agarren migajas en el combate a la pobreza.

Lo deseable, al ver los resultados de la Caiptlax, es mejor que estos “entes” desaparezcan de una vez por todas, para que tantos brincos estando el suelo tan parejo.

Ya es hora de que esta sociedad despierte, que se manifieste que ya no se deje engañar y que llame a cuentas ante el pueblo a estos ladrones de cuello blanco, para que regrese al menos la credibilidad… PERO ESO NO LO VAMOS A VER.