• Homero Meneses Hernández
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“Díganme cómo es un árbol, díganme cómo es la justicia, no me digan cómo es la dignidad”, está es una frase del poeta Marcos Ana, quien fue encarcelado durante 23 años por el franquismo, cuando recuperó su libertad, le preguntaron qué fue lo más duro que vivió durante veintitrés años de prisión, si la condena de muerte, la tortura, la separación de la familia… y él respondió: “Lo más difícil fue la libertad”.

Me parece que en México estamos viviendo una lucha por la justicia que sólo se puede resolver con dignidad, una lucha en que lo más difícil es el ejercicio de la libertad. Durante estos días canallas en los que veo la forma en que el Estado Mexicano acribilla a los ciudadanos y maestros en Oaxaca, también veo con tristeza la forma en que personas con atole en la venas se expresan de manera intolerante ante la lucha de los muchos, por la tranquilidad de los ricos, argumentan la inutilidad de la protesta, dicen que nada se puede hacer, que todo se arregla en la elite y que cualquier manifestación es un problema que sólo alcanza a entorpecer el tráfico, a ellos, a esos conformistas y defensores con su indiferencia del actual régimen les recuerdo la frase del poeta, díganme cómo es el árbol, díganme como es la justicia, pero no me digan cómo es la dignidad…

Ante la matanza y la persecución del gobierno de Peña Nieto y de Gabino Cué, este último advierte simplón y ridículo que ningún muerto es parte del magisterio, cómo si eso diera un nivel inferior a la pérdida de una vida humana. Nuño y Peña, vociferan respeto y aplicación de la ley, si tuviesen el mínimo de decencia ya hubiesen renunciado por (precisamente) la violación a la ley con su evidente corrupción.

México está de luto. ¿Qué podemos hacer los maestros y maestras de todo México? Hay que tomar las calles, sí; hay que manifestar nuestro repudio al régimen corrupto de Peña, si; pero sobre todo, hay que tomar los salones de clase, las asambleas de padres de familia y la charla con los colegas, para explicar la barbarie que estamos sufriendo. Tenemos que colocar un moño negro en nuestras escuelas y en nuestros salones, y explicar a nuestros alumnos y padres de familia que vivimos tiempo de luto, que la libertad está en riesgo y que la intolerancia e indiferencia prevalecen. 

Es necesario vestir de negro a nuestras escuelas. Nuestra revolución deberá ser de conciencias, que cada niño y padre de familia sepan quién es Peña, quién es Nuño, quién es Gabino Cué, que sepan quiénes representan el régimen de oprobio y corrupción en México, en Oaxaca y también en Tlaxcala. Qué todos sepan que estamos de luto y porque lo estamos. 

De por ahí…

Se realizará una marcha en solidaridad con nuestros connacionales en Oaxaca, partiremos de la Central Camionera de Tlaxcala el próximo miércoles a las 15:30 horas, por allá nos vemos los ciudadanos y maestros libres, lleven cartulina con leyendas que evidencien nuestro luto y malestar. 

La violencia inicia con el acoso discreto pero constante a los maestros, en Tlaxcala está en marcha un proceso de persecución a quienes piensan distinto. No se equivoquen, ese no es el camino. 

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