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Luego de que los escasos verificentros que operan en la entidad se han visto rebasados por la sobredemanda que existe de automovilistas para verificar, los conductores tienen que perder promedio diez horas y muchos de ellos no se han podido regularizar porque en los escasos centros de verificación que operan, solo tienen capacidad de atención para seis vehículos por hora.
En el recorrido que este reportero realizó en el verificentro ubicado en la Garita, los entrevistados coincidieron que es responsabilidad de las autoridades proporcionar los mecanismos necesarios; “no creo que sea justo pagar una multa cuando no hay donde verificar”.
Otros más puntualizaron que tuvieron que llegar desde las dos de la mañana para apartar sus lugares y han tenido que pernoctar para un procedimiento que no lleva más de 15 a 20 minutos; “ya me vine a acampar aquí a ver a qué hora me toca”.
Y es que mucha gente que requiere de ponerse al corriente con su verificación, ha llegado al grado de dejar sus trabajos con tal de cumplir con una obligación; “muy seguramente me van a descontar en mi trabajo, pero sino verifico hoy mañana va a estar peor y luego para colmo ya se acabó el mes de octubre, peor todavía”.
Por lo anterior, pidieron a las autoridades que se ampliara el plazo para verificar ya que de lo contrario habrán de pagar sus multas por un proceso que no dependen de los ciudadanos ya que de funcionar los 32 verificentros no les llevaría más de 20 minutos estar al corriente.
Raúl Montiel Carrillo uno de los ciudadanos que busca regularizar su unidad, lamentó no haber podido llevar a cabo ese proceso; “llevo casi dos meses y no he podido que verifiquen mi carro debo de estar a las dos de la mañana y esperar todo el día, situación que no he podido hacerlo”.
“Me he quejado con la Coordinación de Ecología…¿y Mariano que ha hecho? ¿Y Mena que hará?, obvio nos multaran y tendremos que pagar lo perdido”, sentenció.
En días pasados el Gobierno del Estado informó que en breve entrarían en operación el resto de centros de verificación, sin embargo solo quedó en buenas intenciones ya que en la capital del Estado de los cuatro que existen solo funciona uno de ellos que está en la Garita, donde por cierto el propietario condiciona la prestación del servicio dependiendo su estado de ánimo.
Incluso inventa requisitos innecesarios que no marca la Ley, con el evidente apoyo de las autoridades estatales y federales de la Coordinación General de Ecología (CGE) y de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) respectivamente.
Mientras, a la ciudadanía no le queda de otra que sufrir las inclemencias y formarse por horas además de que provocan congestionamientos viales y corren el riesgo de provocar accidentes ya que tienen que estacionarse en doble fila por varias horas.