Mientras la violencia prevalezca en nuestros ámbitos de convivencia, interacción y comunicación-aquí están incluidos todos los medios masivos-, el problema del maltrato escolar, también conocido como bullying, continuará en aumento y a medida que no haya un verdadero compromiso por parte de los gobiernos y ciudadanos por erradicar todo tipo de violencia de nuestra forma de vida, seguirán cometiéndose éstas prácticas abusivas tan dañinas, en la escuela.
El problema inicia desde los hogares, en donde cada vez más, se pueden constatar maneras de relacionarse poco afectivas, así como una pobre educación emocional por parte de los padres o cuidadores, que son incapaces de promover maneras de interacción sanas, por lo que los problemas emocionales van en aumento y esto se refleja en todos los medios de convivencia social, en el que la escuela no es la excepción.
Porque es en los ambientes escolares, donde los educandos permanecen cada vez más tiempo y la naturaleza de las relaciones entre compañeros, permite este tipo de conductas punitivas; las causas principales de estas conductas, tienen que ver con el nivel de autoestima o el bajo perfil social, tanto del agresor como de la víctima, asimismo los espectadores, o los que permiten el abuso, cierran el círculo violento del acoso, por lo que es importante como educadores, identificarlo, para poner fin a este problema tan devastador.
Porque el acoso escolar es causa de depresión, estrés, bajo rendimiento y deserción escolar, pudiendo derivar incluso en suicidio, al sentirse la víctima acorralada, al no encontrar remedio para su situación y es responsabilidad de maestros y de padres de familia también, estar pendientes de los signos que presentan los niños o jóvenes que son víctimas de maltrato escolar.
ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
Se tienen que impulsar ambientes sanos tanto en los hogares, como en las aulas y aunque es de reconocer, que el ambiente global actúa en contra de óptimas maneras de relacionarse, los maestros tenemos que seguir siendo señeros para la prevención y el combate de este problema socioemocional, que está creciendo alarmantemente y que tiene que ver, con la práctica de conductas tendientes a la violencia en todos los contextos.
Es primordial, que se transmita respeto y una educación emocional avanzada a las nuevas generaciones, para lo que tanto educadores como cuidadores, tienen que trabajar en sus propios procesos emocionales y en el cultivo de su inteligencia emocional, para poder dar una adecuada educación emocional a los niños y jóvenes a su cuidado.
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