Porque los senadores y diputados, convirtiéndose en lacayos de los verdaderos dueños del país, no tuvieron reparo en aprobar, la ley de educación y todavía en un peor papel, quieren defender lo indefendible, será porque ni siquiera, se tomaron la molestia de leer dicha ley y en automático y en “fast track” la aprobaron.
Pero, si de los partidos de derecha fue un acto insultante y lamentable, por parte de los legisladores perredistas fue un artero golpe, que aunque esperado, los convierte en lo más deleznable de las cámaras. Y de plano la “salida de emergencia”, en el momento de la votación, de la Senadora Martha Palafox, no extraña tampoco, pero, no tendría que ser tan obvia.
Sin embargo la lucha apenas empieza, porque cada maestro junto con toda la sociedad, tendremos que redoblar esfuerzos, para no permitir este albazo de parte de los hampones de cuello blanco, que piensan que de verdad van a poder borrarnos de un plumazo a los maestros, es inminente reforzar la resistencia, socializando cada uno de los puntos de esta reforma tan vergonzante, pero sobre todo no permitiendo el atropello de nuestros derechos.
Tenemos que unirnos en un solo bloque opositor y contrarrestar el efecto televisa y a los loros parlanchines del SNTE, -léase, Juan Díaz de la Torre, J. Carmen Corona Pérez, entre otros-, que una vez que han recibido sus migajas, quieren como siempre perpetuar sus prebendas, haciendo declaraciones que retan no sólo a nuestra inteligencia, sino a la estirpe gloriosa del pueblo mexicano, tan sensible hacia la causa de sus maestros.
Sabemos que la locomotora del descontento empieza a calentar motores y por experiencia en Tlaxcala, sabemos que una vez que arranca no hay como detenerla, de ahí que tenemos que continuar con la batalla ideológica que como maestros nos ha tocado librar y participar con todo, en contra de esta ley que, aunque a todas luces es violatoria y atenta contra los derechos humanos básicos consagrados en nuestra constitución, no faltará algún pseudo funcionario, que pretenda ponernos la bota en el cuello.
Por eso maestros tlaxcaltecas vamos como una sola fuerza a la defensa de la educación pública de nuestro, de por sí, tan vulnerado país, no permitamos este asalto, a nuestra soberanía nacional, de querer poner los cimientos, para la privatización de la educación.
Porque al igual, que lo que sucedió con la reforma laboral, -con la que juraron y perjuraron todo mejoraría y resulta que estamos en el peor bache económico de nuestra historia- esto también es una farsa y el comienzo, para destrabar la ley energética y la hacendaria.
Y de esa manera cerrarnos la pinza y consolidar la invasión de nuestro territorio de la manera más tersa, tal como fue planeada por la rapiña extranjera: una conquista sutil por medios masivos y teniendo como cómplices a nuestros representantes populares, maiceados de la manera más burda.
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