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El tlaxcalteca Sergio Flores volvió a torear tras las dos espeluznantes cornadas que sufrió en San Luis Potosí hace poco más de dos meses en los brazos.
"Por fin pude torear en una plaza y de luces... Fueron momentos muy duros porque de pronto quedarte sin los brazos es angustiante.
"Pero lo que necesitaba era volver a sentir el cariño del público y hoy (ayer) en Guadalajara, lo volví a sentir", dijo Flores.
El tlaxcalteca terminó dando en su segundo una vuelta al ruedo tras una faena en la que hubo variedad, pero que no redondeó con la espada.
"Lógicamente en mi primero los fantasmas de las cornadas se hicieron presentes, pero ya en mi segundo me sentí más firme y creo que si no lo pincho, una oreja sí me hubieran concedido", explicó Flores quien el próximo jueves sostendrá un mano a mano con el francés Sebastián Castella en Tlaxcala.
Por cierto Castella que alternó ayer en Guadalajara, hizo una faena a uno de los buenos toro que crió de Alberto Bailleres. Si no pincha, seguro el francés hubiese cortado orejas.
Juan Pablo Sánchez bordó el toreo con un toro de Mimiahuápam al que desorejó para salir en hombros.