Se sabe que las principales razones para adquirir insuficiencia renal son la diabetes y la hipertensión arterial, enfermedades degenerativas que se presentan por lo general en la edad adulta, pero ahora la insuficiencia renal, se está presentando en porcentajes por demás inusitados y alarmantemente altos, principalmente en niños, adolescentes y jóvenes, por lo que es menester remitirnos a otras causas en este último grupo de pacientes.
Primordialmente es el consumo excesivo de sal, mismo que no permite el funcionamiento óptimo del filtro humano que son los riñones. Todos los alimentos procesados que se venden en cantidades industriales y que son consumidos principalmente por la población infantil, tienen un exceso de sal y de ingredientes todavía más peligrosos como son todos los ácidos que se utilizan en su elaboración para su conservación y que dañan rápidamente los tejidos renales.
Entre ellos botanas y embutidos, por nombrar algunos, por ser los más consumidos, dado el bombardeo comercial y porque se han convertido en alimentos de diario consumo, por la modificación de la dieta de las personas a causa de su proliferación y por “estar a la mano” en todas partes.
También el abuso en grasas, es otra causa de la insuficiencia renal y al ser ahora la gente proclive a consumir alimentos altos en grasa -y nos remitimos nuevamente a las frituras envasadas- y a alimentos que, aunque naturales tienen una gran cantidad de grasa o colesterol de baja densidad que también es muy peligroso, por ser causante del taponeo de coronarias que causa los infartos.
La ingesta de agua también es determinante para un buen funcionamiento renal; aunado a que nuestra cultura no impulsa la ingestión suficiente de agua, ahora esto se agudiza por sustituir el vial líquido por todo tipo de sustancias líquidas, llamadas refrescos o bebidas refrescantes, revitalizantes o “energetizantes”, que contienen sales y minerales que afectan directamente a los riñones.
Y al ser los riñones infantiles tan vulnerables como cualquier otro órgano en crecimiento, una ingesta exagerada de bebidas artificiales, que sustituyen el agua, es mortal para niños y adolescentes, por lo que esta enfermedad al igual que otras, se ha enseñoreado en nuestro país pero principalmente en nuestro estado, en estas edades tan tempranas.
Asimismo, hay estudios que sugieren que el agua que consumimos en las casas, es también dañina, porque gran cantidad de mantos acuíferos están contaminados con elementos tóxicos para el consumo humano y cada vez son más los municipios afectados en nuestro estado, principalmente los que están rodeados por complejos industriales o urbanos.
Por lo que no sólo se tendría que extender la preocupación por la atención de esta enfermedad, sino por su prevención, con programas de reubicación y vigilancia sanitaria de desfogue de residuos contaminantes a ríos, por parte de industrias tóxicas, así como la prohibición de venta de productos chatarra, básicamente en las escuelas y una orientación nutrimental, obligatoria para padres de familia y educadores.
Y lógicamente la cancelación de la creación de más industrias transnacionales que están envenenando con sus productos a toda la población, pero sobre todo a la población más vulnerable que son nuestros niños.
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