- Educación
Quien se sintió el paladín contra la corrupción cuando fue diputado local y no pudo o no quiso concretar el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), será ahora quien enfrente la acusación por parte de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) por el daño patrimonial en conjunto entre la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y la Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPT).
Es así como Enrique Padilla Sánchez se estrenará con un problema heredado por el perredista- marianista, Narciso Xicohténcatl Rojas, quien a pesar de las diversas acusaciones por anomalías en la universidad que dirigía era inamovible en el gobierno anterior y consentido en la actual administración de la moderna gobernanza.
Y es que según la ASF, un convenio entre la Sedatu y la UPT propinó un daño patrimonial por más de 170 millones de pesos al erario público, esto producto de la incapacidad de la universidad para cumplir con lo pactado con la federación.
Fue en agosto de 2016 que ambas entidades firmaron un convenio en el que la UPT se comprometía a implementar proyectos para la Sedatu, aportando los especialistas para llevar a cabo estos trabajos para la federación.
Sin embargo, al con contar con la capacidad técnica material y humana para cumplir los convenios, la UPT decidió contratar a empresas particulares, mismas que también carecieron de los requerimientos mínimos y no se llevaron a cabo, incluso se presume que eran empresas fantasmas al no contar con domicilio fiscal y no tener declaraciones anuales sobre el pago del Impuesto Sobre la Renta.
Tocará a la ASF determinar los pasos a seguir ante la inminencia de un daño patrimonial por un supuesto contubernio entre los priístas de la Sedatu y de la UPT, mientras tanto quien presume ser primo de Beatriz Paredes deberá demostrar que no actuará como en el Congreso local y ahora sí se pondrá a trabajar por el dinero que recibe de los contribuyentes tlaxcaltecas.