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  • Agencias
Por esa situación se ubica entre los estados con focos rojos, revelan datos del gobierno federal.

Los estados con "focos rojos" en cuanto a policías ministeriales o su equivalente, son Baja California Sur, Aguascalientes, Querétaro, Tlaxcala, Morelos, Colima y Campeche, mientras que Yucatán y Zacatecas siguen en proceso de actualización.

Respecto a la fuerza operativa municipal, que representa el 42 por ciento del total del Estado, las corporaciones con bajas tasas de policías están en Baja California, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Nayarit, Querétaro, Tlaxcala, Colima y Campeche.

La Policía Estatal tiene prendidas las alertas por falta de elementos en Baja California Sur, Zacatecas, Aguascalientes, Nayarit, Querétaro, Colima y Campeche, mientras que en Chihuahua y Coahuila los números están en proceso de actualización.

En diversos estados, el reclutamiento de policías es constante, ante la escasez del estado de fuerza. A la problemática se suma la depuración de las corporaciones, luego de que los policías reprueban los exámenes de control de confianza.

Sólo en el estado de Michoacán, un centenar de policías dieron positivo en el consumo de drogas, por lo que fueron dados de baja en mayo pasado.

Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina han tenido que entrar al quite para formar nuevos policías.

Sólo la Secretaría de la Defensa Nacional ha adiestrado a 12 mil policías municipales y estatales desde 2008, en un proceso que se aceleró el año pasado.

En tanto, la Armada ha invertido el tiempo de su personal para capacitar a policías de Nuevo León y Veracruz.

En junio pasado, un estudio de la organización Causa en Común, que encabeza María Elena Morena, reveló que la mayoría de los policías que han sido sometidos a pruebas de control de confianza cree que los exámenes son un castigo, y muchos de ellos ni siquiera saben por qué son evaluados.

Morena planteó entonces dos salidas a la problemática de los elementos no aptos que siguen laborando en las policías: determinar el destino de estos agentes, no sólo con base en el resultado del control de confianza, sino la decisión colegiada de un área de asuntos internos o consejo de honor y justicia.

La segunda: volver a revisar el perfil de los miles de agentes en esa condición y tomar una decisión final, a fin de no caer en injusticias.