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El clima ha impedido que en Guerrero se puedan distribuir las despensas que hay para los habitantes afectados.

Las pérdidas aseguradas por la temporada de huracanes en Culiacán, Sinaloa podrían llegar a los 200 millones de dólares, mientras que en Acapulco estiman “pueden ser muy graves”.

De acuerdo con una nota del diario 24 Horas, Eqecat, la firma de modelaje y proyección de riesgos catastróficos reveló lo anterior en su primera estimación de pérdidas por la temporada de huracanes en el Pacífico mexicano.

El impacto que tuvo esta tormenta tropical en Culiacán fue en realidad el segundo contacto de Manuel con el territorio mexicano; el primero fue en las costas de Guerrero, Colima, Michoacán y Jalisco. El “pequeño” huracán” tuvo vientos que alcanzaron la velocidad de los 150 kilómetros por hora y un rango de influencia de 600 kilómetros.

Sin embargo, a pesar de su tamaño, lo que hizo tan letal al fenómeno fueron las inundaciones y los deslizamientos de tierra repentinos.

“Las fuertes lluvias y las inundaciones son peligrosas para la vida y los deslizamientos de lodo han causado grandes trastornos a la vida en general. Cerca de 97 personas han muerto, miles de personas están atrapadas o desaparecidas y cientos de personas han sido evacuadas de las regiones costeras. Varias carreteras, puentes y viviendas han sido destruidas en este evento”, explicó en su reporte del 20 de septiembre Eqecat, una de las compañías que trabaja más de cerca con las aseguradoras en Estados Unidos.

La firma recomendó a las aseguradoras utilizar seis claves para identificar los siniestros causados por Manuel y seguir las actualizaciones de sus reportes.

Manuel no fue el único fenómeno hidrometeorológico que sacudió la semana pasada al país y, al parecer, no será el más cuantioso para la industria.

“Los daños en Acapulco pueden ser muy graves, es por eso que no podemos dar una cifra definitiva aún. Son hoteles, coches, centros comerciales. Personas. No sabemos, no podemos calcularlo aún”, dijo al diario 24 Horas un directivo de una de las reaseguradoras más grandes instaladas en el país, que solicitó el anonimato.

-¿Podría ser peor que Wilma?-, se le preguntó.

“No lo sabemos, no, ahora, las inundaciones no fueron sólo en Acapulco, fueron en otros tres estados de ese lado”, contestó el directivo consultado.

Aunque la semana pasada participaron seis millones de personas en el mega simulacro de terremoto en la Ciudad de México, el mayor riesgo en la capital, antes que los sismos, son las inundaciones.

De acuerdo con la reaseguradora Swiss Re, la Ciudad de México no estaba contemplada en los rankings de riesgo de inundación; sin embargo, es la metrópoli que tiene una mayor exposición a pérdidas, tanto humanas como materiales en  el Centro y el Norte de América.

“Una serie de ciudades aparecen en el ranking, que no se sabe que está particularmente expuestos a inundaciones, como la Ciudad de México, Bagdad, París o Doha”, explicó una de las reaseguradoras más grandes a nivel global en su reporte Mind the risk: A global ranking of cities under threat from natural disasters, publicado el 18 de septiembre.

En este ranking, México está entre las tres metrópolis que concentran los tres principales riesgos globales: terremoto, inundaciones y tormentas, y también está entre las tres urbes cuyo mayor número de población de vería afectado por una inundación, con seis millones 100 mil habitantes en el peor de los escenarios.

Las otras dos ciudades que concentran todos los riesgos y cuyo mayor número de población de vería afectado en el peor de los escenarios, serían Los Ángeles, con un terremoto que perjudicaría a 14 millones 700 mil habitantes y San Francisco, con un terremoto que pondría en riesgo a 5 millones de personas.

Para las aseguradoras, una inundación por sobrecarga en flujos de pluviales o marcas de río, como se denomina a este tipo de riesgo, que afecte a toda la Ciudad de México, representaría grandes pérdidas debido a que el foco de las inundaciones se concentra en los principales centros económicos, condición que predomina en todas las ciudades de América del Norte.

Sin embargo, no todo está perdido. Swiss Re explica en su informe que uno de los ejemplos a nivel global para contrarrestar estos riesgos es el modelo de transferencia MultiCat, el cual fue diseñado por el Banco Mundial y el gobierno de México con el apoyo de la reaseguradora.

 Estiman que reconstrucción de Sinaloa costará más de 1,200 mdp

Sinaloa requiere por lo menos de mil 200 millones de pesos para su reconstrucción, según estimaciones preliminares de los daños ocasionados por el huracán Manuel en seis municipios, afirmó el gobernador Mario López Valdez.

Al hacer un recuento de daños, el mandatario estatal llamó a la solidaridad con los más de 146 mil 270 sinaloenses de 12 municipios que resultaron damnificados.

Evaluaciones preliminares revelan que el meteoro afectó el 30% de la red carreteras estatales, 462 escuelas, 500 edificios de empresas, alrededor de 147 mil hectáreas de diversos cultivos, algunos tramos de vías férreas, daños parciales en la red hidroagrícola, además de reportarse el fallecimiento de tres personas.

Ante este escenario, López Valdez anunció la integración del municipio Sinaloa, homónimo del estado, a la petición de declaratoria de desastre, junto con Culiacán, Navolato, Angostura, Mocorito, Badiraguato y Salvador Alvarado, ante los severos efectos que también provocó el fenómeno meteorológico, según refirió durante una reunión informativa con diputados federales, senadores y funcionarios estatales.

Roberto Cruz Castro, secretario de Desarrollo Económico estatal, detalló que alrededor de 500 empresas reportaron daños en sus edificios y destacó que las grandes cadenas de supermercados que operan en Sinaloa se unieron para ofrecer despensas a bajos precios.

Juan Ernesto Millán Piestch, secretario de Desarrollo Humano, reportó un total de 146 mil personas damnificadas en 12 municipios, tanto del sur como del centro de Sinaloa, cuyas familias requieren de ayuda inmediata de agua potable, víveres, cobijas y otros artículos, mismos que ya están siendo repartidos conforme a las prioridades.

El secretario de Salud, Ernesto Echeverría, explicó que se han atendido a 3 mil 354 personas con padecimientos como crisis hipertensivas, infecciones de vías respiratorias y descompensaciones diabéticas. Se brinda atención médica y asistencial en 27 albergues con 54 brigadas.

Anunció el adelanto del inicio de la tercera semana de vacunación para el 30 de septiembre, y la entrega de vida suero oral en las zonas afectadas por inundaciones.

Llega la ayuda a Acapulco y se queda en bodegas

Aunque la ayuda llega al  puerto de Acapulco, la excesiva nubosidad ha impedido trasladar los víveres a poblados de las zonas montañosas de Guerrero que siguen incomunicados tras el paso del ciclón "Manuel".

Por tierra, los caminos están bloqueados y, por aire, no hay visibilidad.

Alrededor de 10 mil despensas aguardan bajo una enorme palapa en la Base Aérea Número 7, centro de operaciones militares del plan DN-III.

La región de La Montaña es un punto ciego, dijeron ayer fuentes militares que pidieron omitir su nombre, según otra nota del periódico Reforma.

Ayer, el Escuadrón 102 realizó sólo 17 vuelos a la Costa Grande y un viaje por tierra, para trasladar 4 mil 269 despensas, de las más de 10 mil que se encuentran en esta base militar y que continúan llegando.

Los vuelos se realizaron entre las 10:00 y las 13:00 horas, para evitar la nubosidad.

La ayuda es coordinada por el Ejército y las despensas fueron enviadas a las comunidades de La Pintada, La Tuna, San Jerónimo, Cerro Prieto, Piloncillo y el Zapote, entre otras.

Parte de estos víveres llegaron a Hacienda de Cabañas, donde la comisaria municipal Martha Elena Vicencio aseguró que, frente a la escasez, las despensas sólo sirvieron "para lo más urgente".

Durante los traslados aéreos, el Ejército llevó kits de limpieza y comestibles con el apoyo de helicópteros de la Marina y empresas como Heliservicios, enviada por Pemex para atender la contingencia.

A la par, el General Genaro Fausto Lozano, comandante de la Novena Región Militar, ordenó el uso de cinco helicópteros para realizar un diagnóstico de otras 37 comunidades de la Costa Grande, donde se levantó un censo y se registraron sus necesidades.

Si el tiempo lo permite, hoy aplicará el mismo método para la Costa Chica y luego para la Montaña, Centro y Tierra Caliente.

El capitán Alfredo Díaz, de la empresa Heliservicios, que trabaja para Pemex, explicó que, en estas condiciones, trasladarse a La Montaña y zonas de Tierra Caliente implica altos riesgos.

 "Sólo aquí (en Pie de la Cuesta) estamos a tres millas de Acapulco y no se ve nada", ejemplificó el piloto al mediodía.

A este capitán, con más de 6 mil horas de vuelo, le desespera más el clima, que el cansancio.

"Lo que queremos es llevar las despensas. En Pemex estamos acostumbrados, llevamos de manera constante personal a las plataformas desde las mañanas hasta la tarde que regresan a sus hoteles. El ritmo de trabajo es pesado, estamos siempre listos, pero el mal tiempo no lo permite", expuso.

"Como aviación comercial volamos demasiado. Me refiero a que el trabajo que tenemos es mayor al que puedan tener los pilotos de la PGR o de otras instituciones, eso lo exige la industria petrolera, para que ésta funcione se requiere transportar al personal a las plataformas, en la Sonda de Campeche. Aquí, por las condiciones meteorológicas, el trabajo no es muy pesado", añadió el piloto.

Ayer, a bordo de un Bell 412 XA-HSA con el logotipo de Pemex, de los tres que envió la paraestatal, el capitán Díaz trasladó 200 despensas a la comunidad de San Jerónimo, en el Municipio de Benito Juárez, de las mil que se tenían programadas llevar en el día.

Ese poblado ganadero, ubicado a 85 kilómetros de Acapulco, perdió cinco localidades. "Se las tragó el agua", fue lo primero que dijo la señora Olga, quien fue rescatada en ese helicóptero.

"No hay ayuda, mis padres se quedaron atrapados y si no es porque vengo, nadie los apoya. Se quedaron sin casa, sin nada. Además, las despensas las está acaparando el Presidente Municipal para dárselas a su gente. Las despensas no están llegando a la gente que de verdad las necesita", recriminó la señora Olga.

"Todo el pueblo (de San Jerónimo) fue rescatado por el pueblo. No ha venido ninguna autoridad a valorar el problema. Tenemos un Presidente indolente, insensible, nunca se acercó a nosotros, pero eso sí, coordinó el tráfico de despensas", dijo otro hombre que fue rescatado por el helicóptero de Pemex y que prefirió omitir su nombre.

De acuerdo con los habitantes, cinco comunidades se encuentran bajo el agua: Hacienda Cabañas, Arenal Gloria, Arenal Centro, Arenal Álvarez y Las Tunas.

El agua también echó a perder los cultivos de mango y tamarindo, de los que se jacta este municipio de ser principal productor.

Los animales de la comunidad ganadera fueron echados al cazo para que sus habitantes lograran sobrevivir, los días que permanecieron aislados.

"Tampoco se salvaron los cochinitos", ironizó Olga.

Los soldados son calificados como los héroes anónimos por los habitantes de diversas comunidades que se quedaron en el limbo, tras el paso de la tormenta "Manuel" por Guerrero.

"Están en todas", sostuvo un habitante del Municipio de Benito Juárez.

Uno de ellos, que presenta picaduras de mosco en la cara, trabajó los primeros días en La Pintada, una comunidad cafetalera que fue sepultada por un cerró que se desgajó.

Al menos 68 personas fueron arrastradas durante el deslave. Durante su visita al lugar, el Presidente Enrique Peña Nieto reconoció que son pocas las esperanzas de rescatarlos con vida.

"Se trabaja con miedo en esa zona, porque uno está con la pala, trabajando para remover la tierra, y se oye como si retumbara atrás de nosotros. Nos dicen que es el agua que corre por el río y que por momentos las crecidas son las que hacen esos ruidos", comentó el militar, con el uniforme enlodado y las manos con ampollas.

"Pero la verdad es que uno daba dos o tres palas y volteaba a mis espaldas para ver si no era el cerro que se volvía a desgajar. Muchos de mis compañeros tuvimos ese temor, aún así nunca nos rajamos, le seguimos en el trabajo".

El soldado se lleva otra impresión de los trabajos de remoción en La Pintada.

"Los cuerpos, tres que ya han salido de los escombros, están muy destrozados. Una mano, de uno de los cadáveres, tenía mordidas, creo que de perro, los demás estaban molidos, y así creo que van a estar todos, porque estaban en sus casas, con la avalancha como que quedaron machucados. Los cuerpos se ven muy mal", expresó el uniformado.

Recuerda que el viernes, cuando acudió el Presidente a La Pintada, subió a la azotea de una de las casas que quedaron de pie, para desde ahí, observar el derrumbe.

"Ahí, abajito, de unas láminas, luego luego de donde se paró, estaba un cadáver", recordó.

Otros, soldados, aunque bostezan, trabajan al ritmo que les imponen las necesidades... y sus mandos.

"No hemos dormido bien, y tenemos poca agua en los dormitorios, pero uno piensa que la gente está peor que nosotros, así que no podemos darnos el lujo de estar acostados mientras la gente pide ayuda", manifestó, por su parte, otro soldado que carga despensas a un helicóptero que partirá a la Costa Grande.

En la zona oriente del puerto de Acapulco, donde militares también participan en las tareas de limpieza, un mando castrense pugna por el descanso de la tropa, para rendir en las tareas encomendadas.

"Es un tarea titánica y tenemos desplazado a todo el personal en un 70 por ciento del Estado, pero también debemos descansar a la tropa, sino imagínese, por eso un grupo se va en la noche a descansar y otra vez regresan por la mañana", dijo el mando militar.

Según cifras oficiales, en Acapulco han sido desplegados 600 soldados para ayudar a las tareas de limpieza y brigadas médicas en las zonas consideradas como críticas en el Oriente del puerto, así como en la región suburbana.

En total en el Estado, indicó, son unos 5 mil elementos los que apoyan a la población civil afectada por las inundaciones.

"Estamos al pie del cañón, como se dice, y mañana, donde nos toque, también vamos a estar listos", anticipó el jefe militar.

 "Somos los que sudamos", añadió su subalterno.

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