• Arturo Tecuatl
La confesión ideal sería entre el mero mero y el padrecito Noé..

Una confesión ideal sería entre el mero mero y el padrecito Noé, a ver que le diga las netas y que aguante los padrenuestros y las avesmarías para expiar su pecado... ajajá, pero apareció el monaguillo perverso en este entuerto... no, no, no, si les digo a ustedes que entre calpulalpenses se vean jajajaja..

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