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  • Pedro Morales
El rescate muestra la profunda relación que existe entre la fe y el arte

Atlihuetzía, Tlax.- Esta Iglesia particular de Tlaxcala, diócesis antigua y joven, con el decidido apoyo de “Adopte una Obra de Arte A.C.” realiza los trabajos de restauración del conjunto conventual de Santa María Atlihuetzía.

Es una obra arquitectónica del siglo XVI y actualmente Santuario de los Niños Mártires Tlaxcaltecas Cristóbal, Antonio y Juan,

El obispo de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón indicó a lo largo del año, acuden peregrinaciones de las parroquias, movimientos, grupos, asociaciones, seminario y religiosas de esta Diócesis de Tlaxcala.

Tras la inauguración y bendición de la puerta de Santa María, de la escultura Ángela Gurría Davó la cual da acceso al secreto que esconde en su interior, la nueva puerta de este santuario se yergue imponente, resguardando el acceso al misterio e historia que oculta este santuario.

Las puertas juegan un papel muy importante en la historia del arte. La de Troya llega a nosotros a través de los cantos de Homero en la Hiliada; la del Renacimiento, con las puertas del paraíso de Ghiberti; y muchas otras han sido esculpidas, forjadas, labradas, pintadas o descritas por el ingenio humano.

Baste mencionar en el siglo XX las de Diego Rivera en la Capilla de la ex hacienda de Chapingo y las puertas de la capilla con la vida de Cristo que Jean Charlot realizó para la escuela Punahou en Honolulú, Hawai.

Desde un enfoque espiritual, las puertas rituales franquean el acceso a los espacios sagrados, donde el ser humano entra en contacto con la Divinidad a través de ritos y plegarias o en el recogimiento silencioso que la envuelve en el misterio, al tiempo que demandan una autentica disposición interior antes de cruzar su umbral.

En este sentido deben entenderse las palabras de Jesucristo en el Evangelio: “Yo soy la puerta. El que entra por mi se salvará. Entrará y saldrá y hallará pastos” (Jn 10,9), porque Cristo nos revela el rostro de nuestro Padre Dios y nos conduce a Él.

De ahí surge, sin dudad,  la idea de representar la figura de Jesucristo en las portadas de los templos, y que en la praxis pastoral la Iglesia abra la puerta de los Jubileos, del Año Santo, etc.

El rescate de este ex convento manifiesta la profunda relación que existe entre la fe y el arte, entre la fe y la humanidad; expresa el diálogo y comunión entre la fe y el arte, que fue lo que dio origen a las grandes obras de la historia, sobre todo en el Renacimiento, y ésta es una obra renacentista.

Así como quedó manifiesto en el Bautisterio de Florencia, de la misma manera confluyen en este santuario y en su rescate el arte y la fe del pueblo tlaxcalteca, cuna de  la Evangelización en México.

“Por eso, con una visión pastoral, vamos a convocar a los artistas de nuestra patria para diseñar el retablo, los vitrales y los demás elementos artísticos de este conjunto monumental, que se ubica en la parroquia de San Dionisio Yauhquemehcan”.

Donde se ha cultivado la magia del arte, la música y otras expresiones culturales en armonía con las verdades fundamentales de la fe explicadas en la catequesis, como lo hizo a fines del siglo XVIII, Joaquín Alexo Meabe,

Quien en medio de su labor pastoral de promoción humana y cultural, mandó pintar el lienzo del Beato Cristóbal el 19 de febrero de 1795, y el lienzo de los Beatos Antonio y Juan el 25 de enero de 1801.

Estas menciones y recuerdos reavivan en nuestro corazón el anhelo de valorar, rescatar y promover el patrimonio heredado de nuestros antepasados, de modo que nosotros mismos y las generaciones futuras se identifiquen con su verdadero origen y con las raíces de su  identidad.

 Si somos herederos de una gran riqueza histórica, artística y cultural, sustentada en la fe cristiana, tenemos el gran compromiso de no dejar en el abandono a estos testigos de piedra que  hacen la verdadera historia y la trascienden, porque ellos nos llevan al reencuentro con nuestros antepasados, como una plataforma de lanzamiento en nuestra superación actual.

Para el rescate de este ex convento, Santuario de los Niños Mártires Tlaxcaltecas, no tenemos los recursos necesarios, pero contamos con mucha gente de fe que, orientada por las instituciones que velan por nuestro patrimonio cultural, harán realidad esta obra.

En la que podamos reconocer un testimonio vivo de la historia e identidad de este pueblo tlaxcalteca, de modo que tenga una proyección e impacto social para nuestro estado, nuestra patria y para el mundo entero.

“Hago un llamado para que todos pongamos en esta tarea nuestro mejor empeño, inspirados en nuestro lema: “unión de corazones y esfuerzos para el rescate del Ex convento de Atlihuetzía”, concluyó.

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