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  • Pedro Morales
Quienes regresaron a este lugar ya perdieron las esperanzas

Santa Ana Chiautempan, Tlax.- Contrario a la visión del gobierno estatal en el sentido de que en Tlaxcala no hay pobreza extrema, basta que el gobernador Mariano González dedique una parte de sus giras, para que descubra que el tristemente célebre paraje de “Cartolandia” en Chiautempan está más vivo y poblado que nunca.

Esta navidad del 2013, transcurre como cualquier día, el frío parece bajar de la montaña, los niños juegan como si nada, los adultos sueñan con esas viandas que van  a compartir por ejemplo las y los políticos.

Doña Gabina Gabal dice que si le va bien en la venta del cartón que le regalan en los almacenes, tal vez le alcance para comprar un pollo rostizad y compartirlo con su hijo, pero eso depende de la suerte.

Cartolandia sigue más viva que nunca, con otras historias, otros sufrimientos, pero con las mismas carencias para otro grupo de gente que se aventuró a vivir en este lugar.

De los iniciadores del asentamiento humano irregular, en su mayoría fueron reubicados, les entregaron una vivienda gratis durante la administración de Héctor Ortiz, lo que ha pasado es curioso.

Recordamos que de nada sirvió esa pomposa ceremonia que realizaron los gobiernos panistas federal y estatal, para la entrega de viviendas a los habitantes de este asentamiento irregular.

El dos de agosto del 2006 se realizó la Ceremonia de Entrega de Viviendas, Vales y Certificados del Programa “Tu Casa” que presidíaVicente Fox Quesada, ex presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

Estaban también el ex gobernador Héctor Ortiz, Linda Marina Dolores Munive Temoltzin, ex presidenta municipal de Santa Ana Chiautempan. Era la entrega de llaves de casas en el fraccionamiento Texcacoac, de Santa Ana Chiautempan.

En el transcurso de la ceremonia se le dijo al ex presidente que “el día de hoy estamos aquí reunidos por un motivo que nos causa mucha alegría,  entregar 45 pies de casa a otras tantas familias, que han aceptado reubicarse en este fraccionamiento.

Estas 45 familias, estaban ubicadas en una zona de riesgo muy cerca de aquí,  en donde no contaban con servicios, y que con cualquier llovizna se empapaban, se les metía el agua a sus casas, donde entrar y salir era un suplicio por el lodazal que se formaba.

Donde batallaban lo indecible, donde tenían casas muy precarias, al grado que a ese asentamiento humano se le llamaba Cartolandia.

Hoy han aceptado reubicarse en este magnífico fraccionamiento sobre todo, porque ellos confían en que al cambiarse para acá,  enormes  van a mejorar su calidad de vida de manera impresionante.

Van a tener, en primer lugar, una mejora en su patrimonio, hoy tienen una casa digna, una casa de materiales duraderos, una casa con todos los servicios, además, que viene acompañada de una escritura que eso es lo que más quiere nuestra gente, una escritura para poder acreditar su propiedad.

En segundo lugar es que los ubican en zonas que no son de alto riesgo; aquí no se les van a mojar sus casas, aquí no van a vivir con el Jesús en la boca de que en cualquier momento un desastre natural podía dejarlos, como dicen en mi pueblo: a raíz.

Yo nunca acepte esa casa: Gabina Gabal

En la actualidad de nueva cuenta han surgido las casas de cartón, las láminas y los plásticos de colores forman una extraña barda que ataja el agua y el viento, por las mañanas es poca la gente que camina por las calles, el asentamiento se anima por la tarde noche.

Allá al fondo de la única calle sin pavimentar que corre hacia lo alto de la Malintzi, una calle polvorienta divide y unifica las chozas, ahí tiene su humilde vivienda esta pequeña mujer y su hijo, Leonardo, quien padece de sus facultades y presenta serios problemas físicos.

Ella fue una de las beneficiarias con una vivienda nueva, consideró que estaba bonita, pero aunque era gratis, la rechazó, prefirió contar con su espacio para almacenar su cartón, allá, en la casa nueva no había espacio, menos para los animales.

Reconoce que la presionaron mucho para que se fuera, pero no les hizo caso, se quedó y dice que ya tiene sus papeles, que paga sus impuestos como puede y que a cambio solo recibe el agua potable, sin drenaje.

Sabe que vive en un lugar peligroso, pero no hay de otra, ella sigue con su trabajo que empieza a las tres de la tarde, hora en que ya se juntó el cartón para traerlo desde el centro donde están los comercios de Chiautempan.

Me gano 15 pesos, con esos sobrevivimos mi hijo y yo, además de que él enfermo como está, se va a buscar la vida pidiendo limosna al mercado de Chiautempan o juntando lo que se puede rescatar de verduras o lo que sea del mercado.

Nadie nos ayuda, siempre nos prometen, pero la vida sigue igual, reconoce que muchos de sus 44 vecinos que les tocó casa, a varios los despojaron funcionarios de la pasada administración y que no sabe quien se quedó con la casa que le tocaba.

“Mira, allá viven casi igual, tienen sus animales, juntan su cartón y no caben, por eso se han regresado o algunos de sus hijos son los que ya se vinieron a vivir, de esta forma Cartolandia sigue igual, no importa lo que digan”.

Algunos de los que fueron beneficiados con una casa, ahora rentan las casas de cartón a nueva gente que llega a la aventura, pero también obligados oor la necesidad, por la pobreza que se vive en la Sierra Norte de Puebla.

El temor es que como ya no les hacen caso, ya no los toman en cuenta, dice que uno de estos días va a venir una barrancada de aguas y piedra,

Tal vez se los lleve, pero ella considera que es mejor tener una muerte rápida y una vida libre, que ser obligados a meterse a un cajón que los limita para ganarse la vida, en tanto la realidad es que  Cartolandia está de regreso.

 

 

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