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Totolac, 18 mayo 2014.- Con la finalidad de fortalecer la relación vecinos-autoridades, y encontrar canales de comunicación que permitan evitar que en un futuro se presenten situaciones que lamentar, esta mañana, el presidente municipal de Totolac, Erasmo Atonal Ortiz y Diana Rojas Pérez, presidenta honorifica del Sistema Municipal del DIF, realizaron un recorrido para conocer de primera mano la situación de algunos de los vecinos que obtuvieron su libertad la tarde del sábado.
Ciertamente resulta satisfactorio ver en libertad a nuestros conciudadanos, añadió el alcalde Atonal Ortiz, sin embargo sabemos que esto no es más que solo el inicio, ya que trabajo el trabajo tiene que ser constante y en diversas áreas, en la mayoría de los casos habrá de ser mediante la ayuda sicológica a quienes resultaron afectados en los hechos.
O bien proporcionando asesoría jurídica, puntualizó el munícipe, para impedir que personas ajenas al problema se aprovechen del estado de confusión en que se encuentran y son víctimas de gente sin escrúpulos que lucran con sus necesidades, como en este caso, que de la nada aparecieron personas que dijeron representar a los afectados, cuando en realidad fue el área jurídica del municipio y un servidor quienes lograron que el monto de la fianza se rebajara de 45 a cinco mil pesos.
El recorrido se realizó poco antes del medio día, luego de que concluyeran las actividades del programa de ejercitación física y mental “Totolac en Movimiento”, efectuado en la comunidad de la Trinidad Chimalpa, en donde posterior a una caminata realizada por las principales calles y de una sesión de Zumba, se rifaron cuatro bicicletas entre los participantes.
Así, se entrevistaron con los familiares de Freddy Conde, joven albañil de 36 años, quien resultó afectado en el oído por el estallido, y fue invitado a que por medio del Sistema Municipal DIF -SMIF, se canalice y pueda recibir el tratamiento adecuado.
Otro caso es el de Gloria Cano Carro de 64 años, madre de Guadalupe Juárez Cano, esta última es madre de 3 niños que van de los 14 a los cuatro años de edad, y aún conserva huellas de golpes en la cadera y el antebrazo.
Ese día fue el más triste de su vida, dijo Cano Carro, de inmediato pensé en mis nietos que se quedaban sin nadie que los cuidara, y luego la pena se hizo más grande, cuando supe que pedían más de 40 mil pesos para que la dejaran libre, una suma que yo no podría haber reunido porque me dedico a vender periódicos y revistas.
Finalmente la sexagenaria agradeció la intervención de las autoridades municipales, ya que al no poder reunir la suma, fue mediante la gestión de la administración como se pudo cubrir el monto de la fianza de su hija.