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La insistencia del gobierno mexicano en mantener su pronóstico de crecimiento en 3.9% para este año es comparado por The Economist con un acto de fe hacia el santo patrono de las causas perdidas, San Judas Tadeo.
En su página web, bajo el título “A frustrating start to the year” (“Un frustrante inicio de año”), el semanario británico desmenuza la situación económica de México, y hace énfasis en el lento avance en la industria de la construcción y la caída en el consumo, en la que de acuerdo con los datos de la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales), “en los primeros cuatro meses de 2014 , las ventas totales cayeron por primera vez en 30 años”.
Según una nota del diario 24 Horas, The Economist recuerda que incluso el Banco de México ya recortó su pronóstico de crecimiento, de entre 3 y 4% a 2.3-3.3%, gracias también a la debilidad económica de Estados Unidos, el mayor socio comercial del país.
Apunta que en el paquete fiscal para 2014 se aprobó un mayor déficit público para incrementar el gasto e impulsar la economía. Señala que si bien el gasto creció 13.2% anual en el primer trimestre, no se ha visto reflejado en una mayor actividad económica.
Asimismo, destaca los efectos de la reforma hacendaria, que elevó el Impuesto Sobre la Renta, lo que afecta a la clase media. “La política también ha herido de manera desproporcionada a los pobres a través de un gravamen contra la obesidad sobre los refrescos y botanas”.
También señala que la discusión y aprobación de la reforma político-electoral retrasó las leyes reglamentarias de las reformas energética y de telecomunicaciones, lo que provocó que “muchas empresas hayan puesto sus planes de inversión en espera de la legislación secundaria que detalla los cambios constitucionales”.
Para The Economist, aunque los servidores públicos elogian la aprobación de las reformas estructurales impulsadas en el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, “parecen no pesar sobre el crecimiento a corto plazo, incluso si prometen beneficios eventuales”.
Finalmente, el semanario señala el optimismo de Ernesto Revilla, titular de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda, quien compara el momento económico de México al proceso de una casa en remodelación.
“Al principio no hay emoción. Luego está la ira y la frustración, ya que toma mucho tiempo. Esa es la fase en la que México está ahora, pero cuando se acabe todo el mundo será más feliz”.
El crecimiento de la economía en el primer trimestre de 0.6%
Anticipándose a la cifra oficial del Producto Interno Bruto (PIB) que el Inegi dará a conocer hoy, el Banco de México estimó que la economía creció 0.6%.
"Creemos que en el primer trimestre de este año la economía creció al 0.6% en cifra trimestral ajustada por estacionalidad respecto al trimestre inmediato anterior", dijo ayer Manuel Sánchez, subgobernador del Banco Central.
Medido a tasa anual, el crecimiento del PIB será de alrededor del 1%, según se informó en otra nota del periódico Reforma.
"La desaceleración económica del año pasado parece que ha quedado atrás", consideró, en el marco del Foro Internacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas que se realizó en Monterrey.
Por separado, Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, señaló que la cifra de Banxico significa que la economía atravesó por una desaceleración profunda, aunque sin llegar a ser recesión.
"Sorprende el 0.6% del Banxico, ya que la autoridad casi siempre trae previsiones por arriba del consenso", añadió.
Reforma fiscal obligó a ajustes dramáticos
El 40 por ciento de la capacidad instalada de la industria nacional se mantiene sin utilizar debido al lento avance de la economía nacional, que entre otras cosas se vio afectada por la reforma fiscal que entró en vigor en enero, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Rodrigo Alpízar Vallejo.
Durante la Convención Nacional de Delegaciones, Ramas y Sectores 2014 del organismo, el dirigente señaló que la reforma fiscal obligó a los empresarios a hacer ajustes, en algunos casos “muy dramáticos”, para mantenerse a flote, como recortes de personal, disminución en la producción, menos inversiones en tecnología para mejorar los niveles de rentabilidad y ajustes de la operación logística.
Según otra nota del periódico La Jornada, el dirigente del sector privado añadió que los empresarios han tenido que recurrir a negociaciones “mucho más agresivas” con sus proveedores para buscar apalancamientos. “Hemos tenido que desarrollar estrategias creativas para adaptarnos, pero también hemos padecido constantemente la falta de liquidez”, expuso.
Agregó que hasta el momento las compras de gobierno aún no deja sentir sus efectos.
Alpízar detalló que en los acercamientos con Hacienda, el gobierno federal ha manifestado que los recursos ya han sido destinados a las distintas dependencias; sin embargo, el dirigente dijo que desde la óptica empresarial las secretarías no han cumplido todavía con sus metas de asignación presupuestal.
“Todavía existe subejercicio en algunas dependencias cercano a 10 por ciento”, dijo, e hizo un llamado a que se agilice el gasto tanto corriente, como en subsidios e inversiones, y en todo lo que el gobierno pueda realizar para estimular la derrama económica.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, estaba invitado este jueves a participar en la reunión de los industriales pero canceló su asistencia.
De acuerdo con el dirigente empresarial, la economía mexicana ya “tocó fondo” y ha iniciado su proceso de recuperación, aunque adelantó que será conservadora. Según las estimaciones de Canacintra, el crecimiento del país será de 1.7 por ciento al primer trimestre del año, e irá creciendo hasta llegar a 3 por ciento a finales de año.
Respecto al descenso de México en el índice de competitividad del Instituto para el Desarrollo Gerencial, el cual se dio a conocer esta semana, el empresario puntualizó que la dinámica de la economía en muchos países “va mucho más rápido que la nuestra”, ya que otras naciones están “haciendo la tarea” de manera más eficiente.
Consideró que si bien México ha tratado de hacer esfuerzos para incrementar su competitividad, el año pasado casi todo el tiempo del sector empresarial se dedicó a la agenda de las reformas estructurales, con lo cual se dejaron sin atender espacios como las políticas públicas específicas para detonar el crecimiento económico y mejorar la competitividad.