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Con el miedo que causa la represión como su principal herramienta, con un estilo vengativo, prepotente, altanero y monárquico que no escucha a la gente, sino la deja hablando sola, le da la espalda y se va; con acusaciones de corrupción, opacidad e ineficacia contra su administración pública dirigidas desde el Congreso de la Unión y un declive electoral pronunciado de su partido, el priista Mariano González Zarur gobierna el estado de Tlaxcala como un “cacique anacrónico de 100 años atrás”.
Legisladores federales, líderes sociales y periodistas críticos, que incluso han sido encarcelados, coinciden en todos los adjetivos anteriores sobre la administración y persona del ex senador del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien hasta la segunda vez que buscó la gubernatura la consiguió, pero que no ha logrado realizar obras importantes, pero, en cambio, ha cometido una larga cadena de atropellos. Su lema: “con mano dura es como se actúa”.
“Este gobernador ejerce su mandato como si estuviéramos 100 años antes… No hay obra importante. Su estilo es mandar a la policía cuando alguien protesta. Los gasea y a veces los golpea. A la mayoría de los presos los acusa de delitos inexistentes y les cobra fianzas muy altas. Hace que se le tema”, resume en entrevista con buzos Carlos Noé Sánchez Rodríguez, líder de la agrupación política más grande en el estado, Movimiento Antorchista (MA).
Del Congreso de la Unión también han venido señalamientos graves. La senadora perredista por ese estado, Lorena Cuéllar Cisneros, ha acusado desde la tribuna de la Cámara de Senadores: “En Tlaxcala, la violación a las garantías constitucionales se está convirtiendo en una práctica constante”.
El periodista Martín Ruiz Rodríguez, encarcelado por “difamación” por el actual Gobierno, fue contundente. En conversación con buzos, al describir al priista Mariano González Zarur, dijo: “Éste ha sido un sexenio de venganzas. No ha pasado un día sin la obsesión del hacendado por cobrar viejas afrentas. Las golpizas están a la orden del día. Su mecha corta y apabullante soberbia no deberían sorprendernos”.
Sin embargo, el declive de González Zarur, quien llegó al poder el 15 de enero de 2011, luego de conseguir el triunfo en la segunda elección en que buscó la gubernatura, parece haber llegado con varias derrotas electorales, con la imposibilidad de obtener el triunfo para Enrique Peña Nieto, el ahora Presidente de la República, en su entidad en 2012 y con la impopularidad que comienza a manifestarse en las rechiflas que recibe constantemente durante los actos a los que asiste.
La elección federal de 2015 definirá su futuro político, luego de los excesos, el ejercicio unipersonal del poder, los numerosos viajes internacionales y la constante represión a trabajadores, movimientos sociales, policías e incluso ancianos, actos que han obligado al Gobierno federal a deslindarse con respecto al Gobierno de Tlaxcala, aseguran las fuentes.
Un exmilitar en la policía
Carlos Noé Sánchez Rodríguez denunció en conversación con buzos la gravedad de la represión que sistemáticamente opera el gobernador González Zarur contra legítimas manifestaciones sociales, pues con el mandatario tlaxcalteca el diálogo es imposible.
“El gobernador ejerce su mandato como si estuviéramos en 1914. Aquí ningún secretario es libre de tomar alguna decisión si no la consulta con él, sobre todo cuando se trata de dinero. El secretario de Gobierno (Ernesto Ordóñez Carrera, quien llegó en marzo pasado) no tiene ninguna libertad, sólo puede tratar asuntos de trámite”.
Efectivamente, el mandatario tlaxcalteca lleva cuatro secretarios de Gobierno en lo que va de su sexenio, (terminará en 2016), “y muchos otros lo han dejado por su estilo monárquico de ejercer el poder, que trasciende a su gabinete y va contra el pueblo”, dice el líder social.
La represión sistemática del Gobierno marianista tiene un rostro, un nombre y una herramienta de “mano dura”: el exmilitar Orlando May Zaragoza, quien ha sido incluso acusado de cachetear diputados y que al llegar al cargo generó una revuelta de elementos policiacos, reprimida con saldo rojo.
“Tiene aquí a un comandante de la policía que se llama Orlando May Zaragoza Ayala (titular de la Secretaría de Seguridad Pública), es un tipo muy arbitrario, muy agresivo, a quien ya todo el mundo conoce”.
Golpeador de ancianos
Desde su llegada, el pasado 11 de agosto de 2011, May Zaragoza atrajo sobre sí el rechazo de muchos agentes policiacos. Un centenar de ellos realizaron un paro, que pagaron con su libertad y la represión a través de la Policía Federal.
Recientemente, 88 de los aprehendidos, que se encuentran bajo proceso judicial desde hace tres años, obtuvieron el amparo de la justicia federal y ganaron sus respectivos juicios, que les otorgan además el beneficio de la reinstalación.
Sin embargo, la sentencia de González Zarur, el pasado 11 de julio, fue que con ellos no habrá ni perdón ni reinstalación: “fue pública y notoria la insubordinación. Fue público y notorio que habían tomado las oficinas, ahora ¿de qué tengo que disculparme?”, dijo el priista en palabras que desnudan su pensamiento.
Otro capítulo negro en el Gobierno de González Zarur fue la aprehensión de jubilados de la tercera edad, quienes el pasado 28 de mayo realizaban una manifestación en las instalaciones de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje para exigir la solución de laudos laborales que datan del año 2010 y que afectan sus menguados ingresos.
“De la represión en el barrio de San Isidro el pasado 15 de mayo, a la represión de maestros jubilados, de la represión de policías a la de ancianos; y nos ha quedado claro el lenguaje con el que el gobernador Mariano González Zarur se comunica con el tejido social”, dice el periodista Martín Ruiz Rodríguez a buzos.
El director del portal e-consulta Tlaxcala y autor de la columna Señorío Tlaxcalteca es una de las víctimas directas del régimen marianista, pues estuvo preso luego de que por una demanda por difamación del Oficial Mayor del estado, Ubaldo Velasco Hernández, fue detenido. Pasó unas horas en el penal y gracias a que se trata de un delito no grave en la entidad, pudo salir tras el pago de una fianza.
Sin obras
El líder social en la entidad, Carlos Sánchez Rodríguez, se refiere también a la falta de obras importantes en lo que va del sexenio de Mariano González Zarur, quien a lo más que llega es al regalo de paliativos, cortes de listón de calles y entrega de aparatos de audición, pero obstaculiza la liberación de recursos obtenidos parar la agrupación que encabeza y obtenidos gracias a su gestión ante instancias federales por los diputados de su agrupación política.
“No hay ninguna obra importante, aunque recientemente anunció que va a terminar algunas que quedaron inconclusas desde el sexenio anterior. Sin embargo, tiene un pacto con la prensa, con los principales diarios, para que todos los días lo saquen inaugurando supuestas obras, que no van más allá de una calzada para bicicletas, unas banquetas, una calle. A los periodistas que no están de su lado, asegura Sánchez Noé, los ha retado incluso. A la Barra de Abogados le dijo que él no conocía más que las barras de las cantinas. Una actitud de mucha prepotencia y de que él es el mandamás”, dijo.
El hijo
Un elemento importante del ejercicio del poder de González Zarur, aseguran fuentes consultadas que pidieron la gracia del anonimato, es su hijo, quien fue coordinador de campaña de Enrique Peña Nieto en Tlaxcala, donde por cierto quedó en segundo lugar en la elección presidencial de 2012 (en el estado), detrás de Andrés Manuel López Obrador.
Mariano González Aguirre es producto del matrimonio del mandatario tlaxcalteca con la actriz Hilda Aguirre y fue director adjunto del Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Hoy, ha regresado a la entidad para competir en las elecciones del año próximo por la diputación federal del Primer Distrito Electoral que, no obstante, “va a perder, porque hay mucho enojo de los campesinos”, asegura Carlos Sánchez
Acusaciones desde el Congreso
Las acusaciones y señalamientos en torno a los excesos del gobernador tlaxcalteca también se han hecho, de forma reiterada desde hace mucho tiempo en el Congreso de la Unión, lo mismo en la Cámara de Diputados que en la Comisión Permanente o el Senado, ante el encarcelamiento de periodistas, abusos contra campesinos, violaciones a los derechos humanos, arbitrariedades y falta de transparencia en su administración.
La senadora perredista –antes priista– Lorena Cuéllar Cisneros y el diputado de Movimiento Ciudadano Ricardo Monreal Ávila han llevado a tribuna una larga lista de acusaciones contra Mariano González Zarur, entre ellas la demanda de que el Gobierno de Tlaxcala dé un “pago justo” a los ejidatarios de José María Morelos Buenavista, por la expropiación de sus tierras cultivables y su integración al proyecto logístico multimodal de transportación o puerto seco.
En un punto de acuerdo presentado por Monreal Ávila –ex gobernador de Zacatecas– el pasado 3 de abril se demandó que dichos campesinos sean integrados a ese proyecto con empleos de mano de obra durante su construcción y para que una vez concluido se le dé trabajo como prestadores de servicios. Monreal acusó en ese momento a González Zarur de que, en este caso, se está perpetrando un “abuso y un despojo injusto” contra los pobladores de esta comunidad del municipio de Tlaxco.
En otra acusación lanzada desde la tribuna del Poder Legislativo federal, la senadora Cuéllar Cisneros acusó al Gobierno de Tlaxcala de incumplir con la transparencia en la información financiera que, de acuerdo con la Ley General de Contabilidad Gubernamental, está obligado a poner a disposición de los ciudadanos y cuyo plazo feneció el pasado 31 de diciembre de 2013.
Desde el Senado de la República, el pasado 27 de marzo, la perredista advirtió: “ya sé que el gobernador de Tlaxcala, como ha sido su costumbre, va a negar lo evidente, por ello, los invito a corroborar mi propuesta, simplemente con acceder al portal de internet del Gobierno del estado, si es que no lo bloquean antes”.
Las acusaciones desde la llamada máxima tribuna de la nación ya son ya añejas. En noviembre de 2013, la misma senadora acusó a González Zarur de violar sistemáticamente las garantías individuales de los tlaxcaltecas: “En Tlaxcala, la violación a las garantías constitucionales se está convirtiendo en una práctica constante, que afecta profundamente el Estado de Derecho dentro del cual deberíamos vivir y repercute gravemente en la sociedad, en las familias y en los individuos”, dijo al referirse al caso de los trabajadores del Sindicato 7 de Mayo de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Tlaxcala (CAPAM), quienes, dijo, sufrieron agresiones y abusos.
Las anomalías de la actual administración, reportadas desde el Poder Legislativo, también han incluido señalamientos de que oculta información sobre las acciones de los programas sociales federales, información que está obligada a entregar al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
Esto “contraviene el sentido de derecho a la información y garantizar que los ciudadanos cuenten con los elementos suficientes para opinar, evaluar y ejercer medidas de control social a la gestión pública”, se señala en un documento que data de octubre de 2012.
El caso del encarcelamiento arbitrario del periodista Martín Ruiz Rodríguez también llegó a tribuna y en él exhibieron los actos ilícitos de González Zarur contra la prensa crítica. En tribuna, el 7 de noviembre de 2013, Cuéllar Cisneros acusó: “Las víctimas, como es el caso de la detención del periodista Martín Ruiz Rodríguez, del portal informativo e-consulta de Tlaxcala, que padecen los actos arbitrarios, injustos y hasta ilícitos por parte de las autoridades, violentando los derechos humanos fundamentales, tienen nombres y apellidos, tienen una historia individual, están inmersos en una singularidad de antecedentes y expedientes, tienen una familia específica que al igual que la víctima directa también padece las consecuencias de dichos actos y que, por lo mismo, merecen ser atendidas precisamente de manera individual”.