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La Procuraduría de Justicia de Guerrero señaló a 22 policías municipales de Iguala como los presuntos responsables de los ataques que dejaron 6 personas muertas y 17 heridas.
En un comunicado, el Gobierno estatal informó que, tras los sucesos de la noche del viernes y la madrugada del sábado, fueron detenidos 280 agentes municipales de Iguala para tomar su declaración.
Después de los interrogatorios, 21 hombres y una mujer fueron declarados como probables responsables de los tiroteos en contra de normalistas y miembros del equipo Avispones de Chilpancingo, que juegan en la Tercera División.
De acuerdo con una nota del periódico Reforma, dichos policías fueron trasladados la noche del sábado al Ministerio Público de Acapulco como una medida de seguridad luego de que sus familiares intentaran bloquear los trabajos de investigación.
"Se apreciaron movilizaciones de un número considerable de personas, algunas de las cuales manifestaron ser familiares de los probables responsables, así como de otras que no fue posible identificar.
"Las personas se transportaban en unidades de servicio público de transporte y trataron de impedir la labor ministerial, además de que amenazaron con rescatar a los indiciados", informó el Gobierno de Guerrero.
Las autoridades estatales solicitaron el auxilio de las Fuerzas Armadas para efectuar el traslado e hicieron partícipe del operativo a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
La Procuraduría guerrerense se reservó los detalles de la indagatoria por contener, dijo, "información sensible".
Después de los actos de violencia en Iguala, las Fuerzas Armadas y la Policía Federal aún no llegan a esta localidad. Sólo se colocó un retén de militares a la entrada del municipio.
Desde el sábado, los pobladores optaron por evitar salir a la calle después de las 20:00 horas.
Incluso los propietarios de bares y cantinas decidieron no abrir sus negocios ante el temor de que se registren más tiroteos.
En Chilpancingo, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa tomaron por 30 minutos tres estaciones de radio para exigir la salida del Gobernador Ángel Aguirre y del Alcalde de Iguala, José Luis Abarca, a quienes responsabilizan de la agresión contra sus compañeros.
Con el ataque a estudiantes de la Normal de Ayotzinapa son dos los casos polémicos de violencia que se han registrado en los 24 meses de gobierno del alcalde perredista de este municipio, José Luis Abarca.
El 29 de abril del 2013, siete miembros de la organización Unidad Popular fueron levantados por un comando armado tras participar en un bloqueo en la autopista Iguala-Cuernavaca.
En el lugar exigieron al edil el cumplimiento a una minuta de acuerdos que establecía la entrega de fertilizante y la realización de obras sociales.
Cuatro días después, tres miembros de esta agrupación, entre ellos, su dirigente, Arturo Hernández Cardona, fueron encontrados muertos a balazos con huellas de tortura en el municipio de Tepecuacuilco.
En tanto que los otros cuatro lograron huir.
La regidora perredista y viuda de Arturo Hernández, Sofía Mendoza, solicitó al Congreso local un juicio político contra Abarca para que la Procuraduría de Guerrero investigara su presunta participación en estos hechos. Sin embargo, su petición fue rechazada.
Este viernes 26 de septiembre en la noche, elementos de la Policía Municipal de Iguala, dispararon contra estudiantes de la Normal de Ayotzinapa al tratar de quitarles dos autobuses que secuestraron de la central camionera de esta ciudad de Iguala.
Hay 57 jóvenes desparecidos
Ante la falta de respuesta del gobierno estatal, paterfamilias y estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa iniciaron ayer la búsqueda de al menos 57 jóvenes desaparecidos desde el viernes pasado en la ciudad de Iguala, luego de que fueron atacados a balazos por policías municipales provocando la muerte de alumnos.
A su vez, organismos de derechos humanos sostuvieron que al momento no han regresado a las instalaciones del plantel 77 estudiantes, lo que generó confusión, según se informa en otra nota del diario La Jornada.
Incluso hubo desconcierto en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala, cuando casi al mediodía de este domingo una familia de apellidos Guerrero de la Cruz se presentó a identificar a quien pensaron era su hijo, una de las víctimas, Yosivani Guerrero de la Cruz. ‘‘El cuerpo de ese muchacho no era el de mi hijo’’, afirmó Margarito Guerrero, el padre del estudiante, quien pasó a la lista de los jóvenes desaparecidos.
Extraoficialmente se menciona que los estudiantes que han sido identificados plenamente son Daniel Solís Gallardo, nacido en Zihuatanejo, y Julio César Mondragón, oriundo de la ciudad de México, quien fue hallado el sábado desollado del rostro, y que se pudo identificar porque estaba calvo, característica de los estudiantes de nuevo ingreso. Aún no se identifica al tercer estudiante muerto.
Adelaido Álvarez Gómez, uno de los padres de familia que buscan a sus hijos, señaló: ‘‘Sabemos que faltan 55 alumnos que están desaparecidos y por eso venimos a Iguala a buscarlos; nos dicen que tres estudiantes murieron. Son uno de Zihuatanejo, otro de Ayutla y otro de un pueblo de Chilapa; hay uno más que se está debatiendo entre la vida y la muerte’’.
Dijo desconocer los motivos de que los cuerpos no se hayan entregado a sus familiares y comentó que ‘‘apenas antes de las 10 de la mañana los enviaron al Semefo de Chilpancingo’’. Para las 18 horas del domingo, los cuerpos de los tres estudiantes asesinados entre el viernes por la noche permanecían en el forense de la capital.
Mario César González Cortes, procedente de Huamantla, Tlaxcala, buscó a su hijo César Manuel González Hernández, quien ‘‘tiene 22 años y lleva tres meses de haber ingresado (a la Normal de Ayotzinapa). Supuestamente uno de sus compañeros vio cuando lo subieron a una patrulla’’.
En tanto, contingentes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México comenzaron a arribar a la Normal de Ayotzinapa para rendir homenaje a los estudiantes muertos y apoyar en la búsqueda de unos 55 de sus compañeros que no han regresado, además de realizar movilizaciones a partir de este lunes.
Despiden en la cancha a David Josué
David Josué García Evangelista, de 14 años de edad, fue despedido en la cancha de futbol de la colonia Los Ángeles, ubicada al oriente de Chilpancingo, donde llegaron sus compañeros del equipo Avispones, de la tercera división, acompañados por sus madres y padres.
El féretro blanco se colocó sobre la línea izquierda de la cancha, donde cientos de personas se ubicaron en la tribuna. Al joven asesinado se le conocía como Pollito. ‘‘¡Que muera el mal gobierno!’’, gritó uno de sus familiares, mientras el clamor general en la tribuna era ‘‘¡justicia, justicia!’’
David Josué regresaba de Iguala junto con sus compañeros alrededor de la medianoche del viernes, cuando de pronto, en el punto que se conoce como Santa Teresa, varios sujetos –que según testigos estaban afuera de unas camionetas– empezaron a disparar rifles Ak-47, cuernos de chivo, a los vehículos que a esa hora transitaban, lo que provocó que el chofer del autobús, Víctor Manuel Lugo Ortiz, quien resultó herido en la cabeza, perdiera el control y se fuera a un pequeño barranco.
El padre del futbolista, Francisco García, dijo: ‘‘Exijo al gobierno justicia; y eso se lo pido al presidente Enrique Peña Nieto, al gobernador Ángel Aguirre Rivero y al alcalde (de Chilpancingo) Mario Moreno Arcos. No es posible que acaben con la vida de un niño y que haya impunidad, porque balacearon a jóvenes que venían contentos de haber ganado su primer partido en Iguala’’.